Nueva ronda de estímulos en EU tendrá costos para su economía (El Financiero 07/09/10) Clara Zepeda Hurtado Martes, 7 de septiembre de 2010 Habrá más presiones para sus finanzas públicas. Armas monetarias y fiscales están ya muy debilitadas: analistas. Estancamiento y baja inflación, los peligros si este plan fracasa.
Estados Unidos se arriesga con otra ronda de estímulos para tratar de salir de un escenario de estancamiento económico en los próximos años. Tras históricos estímulos económicos (recompra de títulos, rescate bancario, crédito a la vivienda, apoyo automotriz y estímulos fiscales) durante los últimos dos años, que resultaron insuficientes para resolver el problema de fondo de la economía estadounidense, la administración de Barack Obama plantea nuevos programas de impacto de corto plazo. Para Eduardo Ávila, subdirector de Análisis de Monex, el impacto que tiene la política monetaria ha venido disminuyendo, lo que pareciera que la política fiscal podría ser la que le dé un empujón extra a la economía estadounidense. Lo anterior, describe, puede generar costos de mediano y largo plazos, "pero de momento se ve como la contraherramienta del gobierno estadounidense para apuntalar una mejoría en la economía. Sin embargo, tanto la política monetaria como la fiscal están claramente debilitadas." Tan sólo los 50 mil millones de dólares que invertirá el gobierno estadounidense en infraestructura en los próximos seis años equivalen a las ayudas a la industria de coches en todo el mundo durante el último año, o también es similar al apoyo total que dedica el G-8 (los ocho grandes países del mundo) al desarrollo de naciones pobres. "El éxito de un verdadero impacto en la economía estadounidense depende de las magnitudes de los programas, aunque la situación actual es menos peligrosa que la de hace un par de años", afirma Ávila. La parte más delicada es el financiamiento de estos recursos ante la debilidad de las finanzas públicas de Estados Unidos, que las presionarían todavía más, y que eventualmente tendría que haber políticas de gasto que pueden pegarle a la economía. "Con el disminuido poder de la política monetaria, la fiscal se levanta como una opción viable ante el frágil proceso de recuperación. "Sin embargo, el déficit fiscal de EU, cercano a 10 por ciento de su PIB, complica el margen de maniobra del gobierno para otorgar más estímulos, ya sea directamente al sector de vivienda o al trabajo." El problema de fondo estriba en que la política monetaria está afectada en su capacidad de estimular crecimiento y que los estímulos fiscales podrían debilitar aún más la salud financiera del gobierno. Los riesgos Si Estados Unidos no obtuviera resultados con su nuevo plan, éste entraría en una etapa de estancamiento económico; es decir, tasas de crecimiento bajas en los próximos cuatro años y una inflación poco saludable, muy baja. Los mercados financieros entrarían a una dinámica de entrampamiento, con movimientos laterales que pueden tardar tiempo en revertirse. En otra vía de acción, Mario Correa, director de Estudios Económicos de Scotiabank, sostiene que con desequilibrios financieros en el gobierno y en los consumidores estadounidenses, será difícil que haya perspectivas claras para promover el crecimiento económico, por lo que sería sano atender los desequilibrios para limpiar las perspectivas de mediano y largo plazos. "Sería uno de los elementos para romper el entrampamiento. Un factor fundamental para que la economía crezca sostenidamente es que el gasto del consumidor crezca a un buen ritmo, pero para que esto ocurra se requiere una perspectiva de empleo clara", dice. Para que las empresas comiencen a invertir, a ampliar sus naves productivas, necesitan la perspectiva de que habrá consumo en el futuro. Y eso, hoy en día, no está presente. Tener una situación más ordenada, ésa es la primera parte del crecimiento económico, mas no lo garantiza. Pero si se logran hacer reformas, eso permitirá alcanzar un crecimiento mayor.
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