Podría ser peor el remedio que la enfermedad (El Financiero 11/03/11) (Viridiana Mendoza Escamilla) Viernes, 11 de marzo de 2011 Las posibles soluciones a la inflación en Europa tendrían efectos fuertes en los mercados financieros, pues además de complicar la recuperación europea, una subida en la tasa de referencia generaría una carrera alcista por parte de otros bancos centrales. Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics para América Latina, advierte en un reporte especial que en el corto plazo, el Banco Central Europeo (BCE) podría sobrerreaccionar y elevar las tasas de interés, lo cual lejos de atacar a la inflación sólo arruinaría la debilitada recuperación económica y retrasaría el ajuste fiscal y externo. "Elevar las tasas de interés en Europa va a generar dos resultados ineficientes: por un lado, no va a reducir la inflación, ya que ésta se debe a un choque externo -precios de los commodities- y, por otro, va a arruinar a la debilitada recuperación de la zona. "La prematura alza de tasas va a elevar el atractivo de las inversiones en euros, lo cual fortalecerá la moneda y retrasará o de plano cancelará el ajuste del desequilibrio externo." Para el especialista, un alza por parte del BCE traería consigo el riesgo de que algunos otros bancos centrales inicien una carrera alcista. Sin embargo, confía en que "los bancos centrales consistentes y prudentes harán caso omiso y dejarán al BCE caer en su propia trampa". Señala que, hasta ahora, los países desarrollados han sido muy prudentes en no utilizar la artillería monetaria contra una inflación que es mayormente el resultado de un choque externo generado por los altos precios internacionales. De esta forma, el alza de tasas en Europa beneficiaría la competitividad del dólar y de la libra esterlina. "En Estados Unidos, la Reserva Federal ha dejado bien claro que no ve alza de tasas a lo largo de todo este año. En Inglaterra, el banco central ha declarado públicamente que no va a acomodar las presiones ni los intereses del mercado por alza de tasas." Coutiño espera que si el BCE se atreve a subir las tasas, quede sólo en esa aventura y no genere una ola global de agresivas reacciones monetarias, pues considera que el regreso de una "inflaciofobia global" pondría a la economía mundial al borde de una nueva recesión.
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