Pobreza urbana (El Financiero 09/05/11) Araceli Damián* Lunes, 9 de mayo de 2011 Una de las características del siglo XXI es la elevada concentración de la población en áreas urbanas y, por ende, la creciente importancia de la pobreza urbana. En 2008, 49.9 por ciento de la población total de México vivía en localidades de cien mil o más habitantes (metrópolis), las cuales han jugado un papel fundamental en el desarrollo económico de México. Si bien las metrópolis ofrecen amplias oportunidades de empleo, una proporción importante de su población vive en la pobreza. En 2008, 68.8 por ciento de la población de estas ciudades en México era pobre, frente a 79.1 por ciento del total a nivel nacional, de acuerdo con el método de medición integrada de la pobreza (MMIP, que incluye la dimensión de ingreso, necesidades básicas insatisfechas y tiempo). Además, la intensidad de la pobreza en las metrópolis es menor que a nivel nacional. Como se observa en la gráfica anexa, 18.4 por ciento de la población de éstas era indigente (la que vive en hogares que en promedio satisfacen menos de la mitad de las normas del MMIP), frente a 34.4 por ciento a nivel nacional, casi el doble. Si bien en ambos ámbitos territoriales los muy pobres (hogares que cubren entre 50 y 66 por ciento de las normas) representan el mismo porcentaje (17.2), los pobres moderados (hogares que cubren más de 66 y menos de 100 por ciento de las normas) constituyen un porcentaje más elevado en las metrópolis que el total nacional (33.3, frente a 27.5, ver gráfica). De esta forma tenemos que el estrato predominante a nivel nacional es el de los indigentes, mientras que en el ámbito metropolitano es el de los pobres moderados. Es decir que un tercio de la población en las grandes ciudades se ubica en condiciones cercanas a las normas para no ser pobre, y que les falta alrededor de 15 por ciento para llegar a ellas, si consideramos que la intensidad de la pobreza (qué tan pobres son los pobres) en este estrato es de 0.154. En contraste, los indigentes a nivel nacional están, en promedio, 65 por ciento debajo de las normas, ya que su intensidad de pobreza es de 0.647. Por otra parte, en lo que se refiere a la población no pobre, en ambos ámbitos predominan la vulnerable, es decir la que tiene cubiertas sus normas pero no las rebasa en más de 10 por ciento. A esta población la he denominado vulnerable porque se encuentra en una situación muy frágil ante cambios en las condiciones de ingreso o de empleo. Como se ve en la gráfica, los vulnerable representan 15.2 por ciento de la población en las metrópolis y 10.5 por ciento a nivel nacional. Cabe recalcar que los vulnerables no son pobres, pero pueden descender a esta condición ante una pérdida importante de ingreso, pero ésta tiene que ser de magnitud importante, ya que la pobreza depende también del indicador de necesidades básicas que está conformado por variables de stock que difícilmente se deterioran drásticamente (por ejemplo calidad y espacios de la vivienda, servicios sanitarios, educación). En cuanto a la clase media (aquella que rebasa entre más de 10 y 50 por ciento las normas), sólo representa 12.6 por ciento en las grandes ciudades y 8.2 por ciento a nivel nacional, lo cual muestra que, a diferencia de la opinión de algunos investigadores que proclaman que México es un país de clase media, este estrato es muy reducido en las metrópolis y más aún en el país. Si bien es difícil definir la clase media, la mayoría de quienes sostienen lo anterior la identifica con quienes cubren en 100 por ciento o más las normas de pobreza. En cambio, como dijimos, en el MMIP la clase media se define como los hogares que rebasan entre 10 y 50 por ciento las normas. Para esos investigadores, los vulnerables formarían parte de la clase media. No debemos olvidar que esos estudios se basan en las minimalistas normas que utiliza el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), aspecto que hemos comentado en otras colaboraciones. Finalmente tenemos a la clase alta (que rebasa las normas en más de 50 por ciento), que constituye 2.1 por ciento a nivel nacional y 3.4 por ciento en las metrópolis. No cabe duda de que en México este grupo poblacional es muy pequeño. Sin embargo, en las Encuestas Nacionales de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) ni siquiera se capta a los verdaderamente ricos, algunos de los cuales forman parte de la selecta lista de Forbes, ya que no le abren la puerta a los encuestadores.
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