Tratan de salvar el convenio automotriz (El Financiero 09/02/12) (Reuters) Jueves, 9 de febrero de 2012 SAO PAULO, 8 de febrero.- Negociadores de Brasil y México se sentaron el miércoles a discutir cómo salvar un acuerdo automotor que puso en rumbo de colisión a las dos mayores economías de América Latina. Brasil, alarmado por un déficit comercial récord de mil 170 millones de dólares con México en 2011, quiere revisar los términos del acuerdo de 2003 que liberó el comercio de autos y piezas entre ambos países. "Es una etapa de diálogo y negociación para ver los términos del comercio automotor", dijo una portavoz de la Cancillería brasileña. La reunión en Brasilia para salvar un negocio bilateral de dos mil 500 millones de dólares en 2011 fue pactada a finales de la semana pasada por la presidenta Dilma Rousseff y el mexicano Felipe Calderón en una conversación telefónica. Pero un comunicado divulgado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo que el objetivo era apenas "conocer las inquietudes" de Brasil. "Debido a la importancia bilateral del ACE 55 (Acuerdo de Complementación Económica), el gobierno mexicano no buscará renegociarlo", afirmó la Cancillería. De un lado de la mesa estará la secretaria de Comercio Exterior brasileña, Tatiana Prazeres; del otro, el subsecretario de Comercio Exterior mexicano, Francisco de Rosenzweig. Brasil, golpeado por la apreciación del real y presionado por estimular su economía ante la crisis mundial, ha adoptado otras medidas proteccionistas como una fuerte alza en las tasas de importación de automóviles en 2011. La semana pasada amenazó con romper el acuerdo con México para contener un aumento de las importaciones, que llevó en enero al primer déficit comercial en dos años. Para las armadoras brasileñas resulta conveniente importar autos y piezas de países como México. Según datos del Ministerio de Comercio Exterior de Brasil, en 2011 este país importó automóviles mexicanos por unos dos mil 70 millones de dólares y le vendió vehículos por apenas 372 millones. La amenaza brasileña fue ampliamente interpretada como una estrategia para forzar una negociación. Brasil ha dicho que pretende aumentar la exportación de camiones, autobuses y vehículos comerciales brasileños a México. Otra propuesta sería rediseñar el esquema de producción complementaria pactado en 2003, según el cual Brasil se concentró en la fabricación de automóviles ligeros, y México en vehículos con mayor valor agregado.
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