Critica BID política del agro (El Reforma 09/12/09)
El organismo señaló que algunos programas gubernamentales compiten entre ellos Verónica Martínez Ciudad de México (9 diciembre 2009).- La política que aplica México en el campo, tiene problemas de eficiencia y eficacia que distorsionan el desarrollo del sector, concluyó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En el "Estudio sobre políticas públicas para el sector rural de México", que el organismo realizó en 2007 a petición de la Secretaría de Hacienda, y que fue difundido hasta hace 2 meses por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados (Cedrssa), se detalla que la política rural requiere cambios sustanciales. "Las políticas de gasto público privilegian el componente agropecuario y no son equitativas; un gran número de los programas estudiados no cuentan con un diseño que permita su evaluación rigurosa, por lo que es común que se presenten objetivos múltiples que tratan de cumplir con un solo instrumento y hay objetivos contradictorios entre programas. Todo ello conduce a problemas de eficiencia y eficacia", destacan las conclusiones del estudio del BID. El organismo evalúo 11 temas críticos del sector rural, como los productos sensibles, el financiamiento, los apoyos a bienes públicos y privados, así como sanidad, riego, capital productivo, entre otros; y encontró que las políticas públicas al sector rural están basadas en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable. El principal operador de la ley es el Presupuesto Especial Concurrente (PEC, la gran bolsa de recursos destinados al sector rural en la que participan 13 Secretarías de Estado), pero presenta duplicidad de programas, cubren con un solo instrumento varios objetivos y compiten entre sí, distorsionando los resultados. "Para contar con una política coherente y ética es crítico tener una definición clara de objetivos y un instrumento para cada uno", destaca el documento, "no puede usarse el mismo para todo; esto lleva a ineficiencias y desperdicio de recursos con efectos no esperados o contradictorios". Además, señala que la política que sigue el Gobierno mexicano se inclina más hacia la actividad agropecuaria que rural y mantiene una preferencia por la región centro y norte del País.
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