La economía global, impulsada por las emergentes; México podrá o no ser actor de este proceso (El Financiero 10/06/11) Carlos Alberto Martínez Viernes, 10 de junio de 2011 Recientemente se dieron a conocer cifras que señalan que EU no está creciendo con el vigor que se esperaba. La tasa de desempleo de la economía más grande del mundo llegó a una tasa de 9.1 por ciento, y sólo se crearon en mayo 54 mil empleos, cuando los analistas preveían 150 mil. También se espera un descenso en su actividad económica con un fenómeno inflacionario latente. A esto se agregan las dudas sobre la sostenibilidad de las políticas de impulso a la economía, ya que, por el lado fiscal, EU está muy endeudado y su margen se reduce, mientras que, por la parte monetaria, las tasas están muy bajas y el mecanismo de recompra de bonos por parte de la Reserva Federal (Fed) se terminará, al menos en esa fase, al finalizar este mes. Es cierto, la economía estadounidense crece y no está en recesión; no obstante, su dinamismo hace suponer que no es suficiente para ser el motor del crecimiento global. Por su parte, Europa está inmersa en la crisis fiscal que Grecia, Portugal, España y seguramente otros países enfrentarán, y el dilema por mantener la credibilidad del euro los mantiene entretenidos en ellos mismos y, por ende, tampoco se ven hacia adelante como el motor de la economía internacional. Finalmente, Japón con su reciente catástrofe natural y su endémica crisis de su sistema financiero, no es opción para impulsar al mundo. Paradójicamente, las perspectivas de la economía internacional se ven favorables para este año, pero la razón, esta vez, no es porque las economías del llamado mundo desarrollado o industrializado la estén detonando. Aunque lo que está pasando en EU puede comenzar a preocupar a los mercados, lo cierto es que mientras haya crecimiento no hay motivo para el pánico. Lo que es cierto es que el motor de la economía global son las economías emergentes. En efecto, los pronósticos de expansión de crecimiento en China, 9 por ciento; la India, 8; Corea, 7; Brasil, 5, y México, 5 por ciento, entre otros, es lo que hace presumir que la economía internacional continuará saliendo de la recesión que se vivió durante 2008-2010. Quizás sea la primera vez en la historia económica que los países desarrollados no sean los que conduzcan el crecimiento universal. Es la capacidad económica de las naciones llamadas emergentes -aquellas que tienen entre ocho mil y nueve mil dólares per cápita- la que está generando la recuperación internacional. Como es costumbre, los riesgos siempre persisten: que si los precios internacionales del petróleo, que si EU podría caer en una nueva recesión, que si Europa con su euro se colapsará, que si los precios de los commodities seguirán inestables, etcétera. El nombre del juego en el sistema financiero es riesgo. El mercado cuando está ganando se preocupa poco o casi nada por nada, pero cuando está perdiendo encuentra miles de elementos de nerviosismo y miedo, lo que ya es costumbre. Lo cierto es que la economía del mundo se está recuperando y es gracias a naciones en vías de desarrollo. En este escenario, México es realmente uno de los responsables del crecimiento de la economía mundial. La respuesta tiene una parte positiva y una negativa. La primera estriba en el sentido de ser una economía de 112 millones de personas con perspectivas de crecimiento de alrededor de 5 por ciento, es evidente que es uno de los factores que motivan el crecimiento internacional. El comercio exterior, las exportaciones petroleras y el turismo son nuestras aportaciones. Sin embargo, hay una parte negativa: la enorme dependencia de México con EU permite presumir que seguiremos los destinos de nuestro vecino del norte. Estamos tan ligados a EU que todos los ciclos económicos mexicanos siguen la misma tendencia de los estadounidenses. Así, en caso de que EU disminuya su crecimiento, México lo hará también, dejando de aportar lo suficiente a la economía internacional, porque infortunadamente no tenemos elementos propios que darle al mundo. Otras naciones, como la India, aportan su privilegio por la educación y la ciencia; China su poderío manufacturero y lo gigante de su mercado; Brasil su nula dependencia de EU, y Corea su capacidad tecnológica. Mientras que nuestra nación está y seguirá atada a los destinos de EU, que hoy en día no es el actor central de la economía mundial y México, en un papel de rémora, tampoco es figura. Investigador. Profesor del Tec de Monterrey y las universidades Iberoamericana y Panamericana
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