Sugieren depurar UE para superar crisis (Reforma 10/08/11)
Especialistas sugieren que la Unión Europea debe hacer una depuración para terminar con crisis. Foto: Archivo
Europa ha dado muestras de que prefiere mantener su orgullo a tener que tomar una solución de fondo para resolver su crisis Ernesto Sarabia Ciudad de México (10 agosto 2011).- Para superar la crisis de la zona euro es necesario que los europeos dejen de lado su orgullo y depuren a la Unión Monetaria Europea, aseguró Alfredo Coutiño, director para América Latina Moody's Analytics. "Desafortunadamente para los europeos, pero afortunadamente para el mundo, la solución a la crisis fiscal del viejo mundo existe pero representa tanto una depuración de la misma Unión Monetaria como un duro golpe al orgullo tradicional europeo y a sus esfuerzos por crear el mercado más grande del mundo", dijo. Para el especialista, hasta ahora Europa ha dado muestras de que prefiere mantener su orgullo a tener que tomar una solución de fondo para resolver su crisis, dado que esto implicaría dejar de lado su terquedad y reconocer que han tomado las medidas equivocadas. Si Europa dejara de lado su orgullo y terquedad, no solo sería capaz de solucionar su crisis, sino que incluso se fortalecería y le quitaría un peso de encima a la economía mundial. La crisis fiscal europea y en particular la griega, irlandesa y portuguesa, no es más que la repetición de un problema añejo padecido en América Latina y en Asia en el pasado. Su origen es bien conocido y tiene las mismas raíces en Europa: una indisciplina fiscal que ha llevado a tales países a vivir una realidad que no corresponde a sus propias condiciones económicas, es decir, han vivido de lo prestado, explicó. Como en el pasado latinoamericano, la raíz de fondo del problema europeo fue un nivel de gasto público muy por encima de la capacidad misma de su economía, lo cual fue mayormente financiado por los mismos europeos ante la idea de darle la bienvenida a nuevos miembros de la comunidad, sin importar su bajo nivel de disciplina. Por ello, dijo, la solución al problema debería ser la misma receta exitosa aplicada en América Latina: un ajuste económico que sea suficiente para corregir los desequilibrios generados durante la fiesta fiscal del pasado. Dicho ajuste debe venir tanto por el lado del gasto como por el de los precios. Por ahora, tanto Grecia como Irlanda y Portugal sólo han aplicado de manera parcial el primero de los dos componentes: un ajuste gradual del gasto, ya que al tener una moneda común se cierran el acceso a una devaluación, lo cual limita la efectividad del medicamento aplicado, señaló. El éxito en Latinoamérica se debió precisamente a que el ajuste se dio de una vez por todas y estuvo acompañado de fuertes devaluaciones cambiarias que restauraron inmediatamente la competitividad del sector exportador y consecuentemente hicieron crecer a la economía. Indicó que este último componente del ajuste es lo que ha hecho que las medidas en Europa no estén dando los mismos resultados y las economías fiscalmente emproblemadas continúen cayendo. "Lo bonito del ajuste latinoamericano es que la opción de devaluación, además de que permitió distribuir el ajuste entre cantidad y precios, también pulverizó la parte real de la deuda y deprimió los salarios reales al generar inflación, con lo cual se evitó recurrir a recortes de los salarios nominales y con ello reducir la efervescencia social", comentó. Europa sabe perfectamente que la solución de raíz es la misma que la aplicada en América Latina. Sin embargo, para ellos es políticamente muy doloroso aceptar la opción de una devaluación porque implica no solo la salida de los miembros que tienen problemas fiscales, sino incluso la declaración de moratoria. Coutiño opinó que la ausencia de una devaluación es lo que hace que Grecia caiga y caiga y no pueda levantarse, porque no existe una medida de restauración inmediata de la competitividad que promueva el crecimiento al mismo tiempo que se da el ajuste fiscal. Así, para que Grecia pueda acceder a este tipo de ajuste por el lado de los precios, necesita abrir la posibilidad de una devaluación cambiaria, y la única manera de hacerlo es saliéndose de la Unión Monetaria y declarar una moratoria que le permita reducir tanto el monto como la carga de su deuda, sentenció. Reconoció que esta opción es la que aún no quieren digerir los gobiernos europeos, por la supuesta devastación política que ello implicaría. Pero más allá de las implicaciones de economía política y del duro golpe al orgullo europeo que ello implicaría, el supuesto fantasma de la devastación solo existe en la mente de los mismos gobiernos europeos. Si la salida de dichos países es manejada y negociada delicada e inteligentemente, entonces la Unión Monetaria lejos de tambalearse podría resurgir fortalecida, beneficiaría a los países salientes, y sobre todo le quitaría un obstáculo al resto del mundo, consideró. Al final, a los mercados lo que les interesa es la solución al conflicto fiscal europeo, sin importar si Grecia está dentro o fuera de la zona euro. Europa se beneficiaría porque dejaría de subsidiar y rescatar a miembros indisciplinados, Grecia resolvería su crisis de deuda y podría volver al crecimiento económico relativamente rápido, y el resto del mundo se quitaría un freno y una preocupación más.
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