Sin seguridad social, 64% de los jóvenes (El Financiero 28/11/11) Zenyazen Flores Lunes, 28 de noviembre de 2011 No tienen acceso a los trabajos formales o remunerados. Ser taxista o abrir un "changarro" pasó de ser una opción a una realidad. 202 mil se integraron a las filas de la economía informal en el último año.
· JÓVENES, LOS GRANDES PERDEDORES LABORALES
Para los jóvenes mexicanos, ser taxista o abrir un changarro ha pasado de ser una opción mientras se consigue un empleo profesional a una nueva y deteriorada realidad laboral dentro de la informalidad en los últimos dos años. Especialistas económicos consideran que "los grandes perdedores" del mercado laboral son los jóvenes, ya que alrededor de 64 por ciento no tienen acceso a trabajos formales, es decir con acceso a seguridad social y salarios remuneradores. Unos 202 mil jóvenes de entre 12 y 29 años de edad se integraron a las filas de la economía informal en el último año, al pasar de tres millones 729 mil en el tercer trimestre de 2010 a tres millones 931 mil en igual periodo para este año, lo que representa un aumento de 5.4 por ciento. Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que el bloque de jóvenes informales representa una tercera parte de las 13 millones 438 mil personas que trabajan en la informalidad, tendencia que se repite desde hace dos años y en los diferentes trimestres. En ese sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que en los mercados de trabajo donde existe un exceso de buscadores de empleo, aumenta la probabilidad de que los jóvenes acepten trabajar en la informalidad, donde hay empleos de baja calidad y sin la posibilidad de capacitarse. Bernardo Garza, analista del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, señaló que el mercado laboral continúa sin generar oportunidades para los jóvenes, y "los pocos" empleos que se crean pagan menos por el mismo trabajo que se ofertó en años anteriores. Destacó que una de las estadísticas que llaman la atención en el tercer trimestre de 2011, es que de los 15 millones de jóvenes ocupados, 64 por ciento (nueve millones 733 mil) no tuvieron acceso a trabajos formales, "por lo que los grandes perdedores y los relegados del mercado laboral, por carecer de seguridad social, son los jóvenes". Sin embargo, la situación se agrava cuando se hace una separación por bloque de edad. Aquellos con entre 14 y 19 años son los más perjudicados, pues 85 por ciento de los tres millones 754 mil jóvenes ubicados en ese rango de edad carecen de seguridad social, mientras que para el bloque de 20 a 29 años, conformado por 11 mil 289 personas, el 57 por ciento no tiene acceso a los servicios de salud. Lo anterior pone a los jóvenes en la antesala de perder la posibilidad de transformarse en capital humano que genere innovación, productividad y competitividad, subrayó. Ingresos José Luis de la Cruz, especialista del Tecnológico de Monterrey, aseveró que acercarse a la informalidad a edad temprana reduce la posibilidad de una vida de calidad y disminuye el margen de obligación dentro de la legalidad, como es pagar impuestos. En materia salarial, Bernardo Garza apuntó que casi 50 por ciento de jóvenes de 14 a 19 años ganan entre uno y dos salarios mínimos, porcentaje que baja a 35 por ciento para los jóvenes de 20 a 29 años. Esto se debe a que la mitad de los jóvenes trabaja en el sector servicios y el comercio, que se caracteriza porque "usualmente" es el que paga menos y no otorga prestaciones ni servicios de salud, lo que se puede resumir en que "si no tienes oportunidades de trabajo, pues pones tu changarro y vendes comida afuera de tu casa para obtener un ingreso". Ricardo Estrada, investigador asociado del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), consideró que no se puede descartar que ante un periodo de desempleo haya jóvenes profesionistas o técnicos que se vean obligados a recurrir a un trabajo temporal en una ocupación no calificada pero "flexible". De tal manera, en los casos de estudiantes universitarios que trabajan durante el verano en una cafetería o los jóvenes que buscan emplearse en una tienda de ropa en la temporada navideña, "la pregunta de fondo es si se trata de una situación de transición mientras se obtiene un empleo formal, o de una nueva y deteriorada realidad laboral".
|