Lenta y desigual reactivación económica; elevados inventarios y capacidad ociosa (El Financiero 05/02/10) Marvella Colín Viernes, 5 de febrero de 2010 Alimentos, textil, editorial, maquinaria y equipo, al 70% de su potencial.
México enfrenta un proceso lento y desigual de reactivación económica, debido a que la mayor parte de las empresas industriales postergan sus proyectos de inversión ante la acumulación de inventarios. Sobresale el hecho de que la capacidad utilizada de las fábricas en el aparato industrial más importante, el manufacturero, cerró en un nivel promedio de 77 por ciento en 2009, esto indica que la capacidad ociosa se ubicó en 23 por ciento, un aumento de 3.4 puntos porcentuales respecto de 2008, y uno de los niveles más altos de la década, según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, sectores importantes, como el de alimentos, textil, editorial y de maquinaria y equipo operan al 70 por ciento, es decir, tienen 30 por ciento de capacidad ociosa. Otros organismos consideran que la capacidad ociosa es mucho más alta, en especial en la micro, pequeña y mediana empresas (Pymes), las cuales enfrentan una situación más compleja con una ociosidad del 40 al 50 por ciento. Además, los niveles de inventarios en diversos sectores han aumentado ante la débil demanda, y aunque no se tienen cifras oficiales al respecto, se calcula que han subido entre 10 y 30 por ciento, dependiendo de la actividad. De acuerdo con información del INEGI, los sectores manufactureros más afectados son el de alimentos, donde la elaboración de productos de panadería y tortillas opera al 70 por ciento. Lo mismo sucede en la conservación de frutas, verduras y guisos que funciona al 69 por ciento; en tanto que la industria de café soluble trabaja al 71 por ciento; la de elaboración de vinos al 58, y la de refrescos opera al 75 por ciento. Por otro lado, los fabricantes de cigarros están laborando al 70 por ciento de su capacidad instalada. En el ramo textil se observan afectaciones más severas, ya que los productores de hilos y telas operan al 53 por ciento de su capacidad instalada y los fabricantes de productos de cuero trabajan al 62. El sector de impresión e industrias conexas también reporta un alto nivel de capacidad ociosa, sobresaliendo el caso de la impresión de libros, periódicos y revistas, que en promedio opera al 70 por ciento de su capacidad. De manera similar la industria química está trabajando a un nivel de 72 por ciento, en tanto que los industriales del plástico y hule laboran al 75 por ciento; los de fabricación de productos metálicos al 71 y los productores de maquinaria y equipo al 66 por ciento. A muchos industriales la crisis les redujo notablemente sus niveles de operación, ya que después de trabajar al 80 y 85 por ciento antes de la crisis, ahora operan al 70, por lo que un importante reto este año es reducir su capacidad ociosa del 30 al 20 por ciento de sus plantas, así como dar mayor valor agregado a los productos con el fin de mejorar su competitividad. Crecerían 3.8% las manufacturas La caída en el aparato productivo fue generalizada durante el año pasado, pero el sector industrial es el que más resintió los efectos de la contracción económica, y tardará más en revertir su tendencia negativa, ya que después de una caída del 8.2 por ciento en 2009, crecerá 3.2 por ciento en 2010. En particular las manufacturas sólo podrán crecer 3.8 por ciento este año, después de una contracción del 11.8 por ciento en 2009, según información de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). De acuerdo con el organismo, la inversión productiva mostrará un crecimiento del 5.2 por ciento este año, sin lograr revertir la caída del 10 por ciento que tuvo en 2009. Los industriales consideran que la mayor parte de la recuperación de México se apoyará en el avance de la economía estadounidense, pues los motores internos no disponen de suficiente potencia, y el mercado se moverá con lentitud a lo largo del año. La inversión productiva no despegará hasta el segundo semestre, y hay escaso margen de maniobra con el gasto público.
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