México necesita una economía de innovación y conocimiento (El Financiero 15/02/10) Del IMEF para EL FINANCIERO / Gustavo Rodarte de la Serna * Lunes, 15 de febrero de 2010 En 2009, al presentarse el informe Reviews of Innovation Policy: Mexico, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que nuestro país enfrentaba un pobre desempeño de sus sectores científico y tecnológico (CT), además de que se había dado cuenta, muy lentamente, de la importancia que posee la inversión en la innovación como conductor de crecimiento y competitividad. Ese informe, el cual es una evaluación de ciencia y tecnología de 2007 y 2008, revela que México ha perdido competitividad en actividades basadas en el conocimiento, además de que posee el más bajo nivel de los países miembros de la OCDE en productividad científica, formación de recursos humanos en ciencia, inversión en ciencia y tecnología, educación de la ciencia y solicitudes de patentes. Por ello, en el IMEF consideramos prioritario aumentar la inversión en investigación e innovación tecnológica, ubicada hoy en 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), justo por debajo de la inversión promedio de América Latina, que está en 0.55 por ciento. Coincidimos con la OCDE, que recomienda a nuestro país hacer todos los esfuerzos para incrementar su competitividad. El retroceso en la inversión en ciencia, tecnología e innovación explica por qué el país ha descendido en la clasificación de competitividad del Foro Económico Mundial, al pasar del lugar 38 en 2000 al 60 en 2009. Recordemos que de 2000 a 2008, el gasto federal en ciencia y tecnología (GFCT) se ha movido con altibajos, aunque muy alejado de 1.2 por ciento del PIB establecido en el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti). Ante ello, señalamos que mientras la ciencia y la tecnología sean consideradas un gasto y no una inversión; que la educación de calidad no sea considerada como una solución y que el conocimiento y la innovación permanezcan como algo ajeno a la vida cotidiana, nuestro país no podrá aspirar al desarrollo sostenible, a una elemental justicia social, a una mejor calidad de vida para todos ni a una mayor productividad y competitividad económicas frente al resto del mundo. De acuerdo con un reporte del Financial Times, China es el segundo país con mayor producción de conocimientos científicos en el mundo, lo cual muestra que ha experimentado en las últimas tres décadas el mayor crecimiento en investigación científica a escala internacional, y algo parecido está sucediendo con Brasil, país que casi ha alcanzado a la India en este rubro. Si China mantiene su actual ritmo en materia de investigación, incluso puede llegar a sobrepasar a Estados Unidos de aquí a 2020. ¿Algo así podría suceder con México? Cabe destacar que hoy en día el grado de avance tecnológico de un país tiene como referente a la nanotecnología, campo de las ciencias aplicadas donde las naciones en desarrollo realizan sus mayores inversiones tecnológicas. De esta forma, Brasil, Chile, Costa Rica, la India, Malasia y Sudáfrica están invirtiendo recursos considerables en investigación y desarrollo de nanotecnologías. En el caso de México, ya se participa en la creación de un programa nacional de nanotecnología, además de que existen grupos, así como algunas redes de investigación en las principales universidades públicas y privadas, que trabajan en esta materia. Las experiencias de política científica y tecnológica a escala internacional sugieren que el desarrollo de los países está fuertemente asociado a la construcción de capacidades sólidas en estos rubros: Estudios comparativos demuestran que las naciones que invierten en ciencia y tecnología logran un marcado crecimiento en el ingreso per cápita. En el periodo de 1970 a 2000, la inversión en ciencia y tecnología, como porcentaje del PIB, creció en México dos veces, Brasil 4.5, España cinco y Corea nueve. El ingreso per cápita se multiplicó en dólares corrientes: México 3.8 veces, Brasil 6.3, España 7.4 y Corea 25.4. En este contexto, nuevamente reiteramos la importancia de incrementar en forma sostenida la inversión pública y privada en ciencia y tecnología, estrategia técnica y financieramente viable, lo cual generará efectos multiplicadores casi inmediatos, que se expresarán en mayor productividad, competitividad, empleo y más ingresos. Por último, y en relación con la necesidad de generar conocimiento en nuestro país, en el IMEF invitamos a la opinión pública en general a participar en el Premio Internacional de Investigación Financiera IMEF-Deloitte, herramienta institucional generadora de conocimientos en las materias que nos competen. Esperamos que esta participación sea mayor a la generada en 2009 y que fructifique, una vez más, en trabajos que trascienden por su aplicabilidad en el entorno financiero actual. * Presidente nacional del IMEF
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