Se mantienen agujeros negros en la regulación financiera global (El Financiero 05/03/10) Viridiana Mendoza Escamilla Viernes, 5 de marzo de 2010 Más riesgo, pues grandes bancos compran otros negocios. Operaciones bancarias no supervisadas, una "bomba de tiempo": PwC. Reformas legales para endurecer las reglas van muy lentas, dicen.
Cual pulpos de largos tentáculos, los grandes bancos -sobre todo en Estados Unidos- tienen la facultad de entrar a casi cualquier negocio, y extender inversiones y riesgo sin mayores problemas, lo cual, si bien apoya la generación de ganancias adicionales, aumenta los riesgos dada la mayor diversificación. Así, la nueva regulación internacional tiene un hoyo negro donde el riesgo sistémico se hace presente como un fantasma disfrazado de inofensivas compras de corredurías, cadenas de autoservicio y hoteles, que son algunos de los negocios adicionales a los que los grandes bancos han decidido entrar. Incluso, el proyecto de reforma financiera en EU no contempla la prohibición para que los bancos entren a nuevos negocios no financieros, pues de acuerdo con analistas consultados por EL FINANCIERO, es una práctica que se ha dado desde muchos años atrás. Alejandro García, director ejecutivo del Grupo de Instituciones Financieras de Fitch Ratings, explica que por lo general los bancos globales crean vehículos especializados, ya sea un fondo de capital privado o un fideicomiso, donde pueden mantener estas inversiones en empresas no financieras y buscan que el vehículo esté financiando esas compras. "De alguna manera es como para mantenerlo aislado." Sin embargo, para Eduardo Gómez Alcalá, director del área regulatoria y de cumplimiento de la práctica del sector financiero de PricewaterhouseCoopers, este tipo de transacciones son un foco de atención, pues la entrada de bancos a operaciones no reguladas fue la causa de la crisis financiera mundial. "A la larga constituyen una bomba de tiempo, porque flexibilizan el esquema de control para aceptar riesgos, y se están metiendo en vehículos menos transparentes desde el punto de vista regulatorio y supervisor." Como pulpos El 16 de febrero, JP Morgan -que recibió ayuda gubernamental por 25 mil millones de dólares- anunció la compra de acciones de RBS Sempra Commodities, una sociedad conjunta entre Royal Bank of Scotland y Sempra Energy, lo cual pondría a JP Morgan a competir con Goldman Sachs, Morgan Stanley y Barclays Capital en la comercialización de materias primas, desde petróleo y gas natural, hasta metales y productos agrícolas. La incursión a negocios "no del todo financieros" no es una novedad. También en febrero, Goldman Sachs -diez mil millones de dólares de rescate financiero- anunció su interés por la compra de Metro International Trade Services, una cadena mundial de almacenes de varios metales, al igual que Wells Fargo, que en 2009 adquirió un negocio de seguros y fianzas, y Bank of America, que compró MBNA Corporation (un negocio de tarjetas de crédito) y U.S. Trust Corporation (un negocio de administración de tarjetas de crédito). El negocio de commodities no es el único destino de las expansiones. En 2007, Morgan Stanley adquirió una cadena de 13 hoteles de manos de All Nippon Airways. De la misma manera, en enero de 2010 Citigroup -50 mil millones de dólares de rescate- compró una participación de la mayor cadena minorista de Colombia, Almacenes Éxito. A paso lento Georgina Ruiz, analista de Visor Financiero, advierte que el mayor riesgo para las compañías adquiridas es convertirse en meros activos que sirvan para amortiguar a los bancos en tiempos de crisis. "El negocio base de la banca está muy lastimado a raíz de la crisis; los bancos ahora están buscando diversificar los negocios para tener mayores ganancias. Mientras no haya una regulación que lo prohíba o que establezca normas más estrictas, lo seguirán haciendo. La reforma financiera en EU va muy lenta, y todavía no hay un paquete completo." Alejandro García expone al respecto que lo más probable será que si los reguladores intervienen, lo hagan para solicitar balances más claros y transparentes, e incluso que presenten por separado sus actividades como bancos tradicionales y sus actividades en negocios no tradicionales. "La idea es que si los bancos incursionan en negocios más sofisticados, lo financien por sí mismos o con dinero obtenido a través de mercados, y que no tomen dinero del depositante tradicional para invertirlo en instrumentos sofisticados o que estén fuera de la regulación."
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