Eficacia física y pobreza (El Financiero 26/07/10) Araceli Damián* Lunes, 26 de julio de 2010 En el discurso en torno a la pobreza en ocasiones se suele reconocer que ésta es producto de la desigualdad social y la falta de oportunidades de empleo. No obstante persiste la idea de que los pobres son los responsables de su propia condición y que cualquier programa de ayuda hacia ellos debe limitarse a proveer los recursos necesarios para mantener la eficacia física que requieren para trabajar. Por lo general, la determinación del monto requerido de recursos para, supuestamente, mantener la eficacia física se fija a partir de las necesidades nutricionales de las personas. Esta forma de determinar los umbrales de pobreza fue utilizada por primera vez por B. Seebohm Rowntree (1871-1954), empresario británico que a finales del siglo XIX lleva a cabo un precursor estudio sobre la pobreza en York, su ciudad natal (Poverty: A study of town life, Macmillan, 1901). En un inicio, el trabajo fue fuertemente criticado debido a que en la Inglaterra de aquel tiempo prevalecía la idea de que la pobreza era, en la mayoría de los casos, resultado del comportamiento displicente de los pobres. Esta visión fue impuesta por los conservadores y asociaciones de caridad, que impulsaron una legislación que clasificaba a los pobres en dos categorías: merecedores y no merecedores. En los primeros se incluía a los niños, viudas, ancianos y enfermos, y en los segundos a las personas de "cuerpo sano", con capacidad de trabajar (hombres, mujeres y niños a partir de ciertas edades), pero que supuestamente se daban al vicio y a la flojera. En el prefacio a la reedición del libro publicada en 2000 (Policy Prees y The Joseph Rowntree Charitable Trust) Jonathan Bradshaw explica que la importancia del trabajo de Rowntree radica en que permitió enterrar las ideas arcaicas sobre las causas de la pobreza, ya que pudo constatar que la pobreza era resultado de problemas estructurales del sistema, y no de factores relacionados con el comportamiento de los individuos. De acuerdo con sus resultados, más de la mitad (52 por ciento) de los que padecían pobreza primaria (ver definición más adelante) se encontraban en ésta debido a los bajos salarios, otro grupo debido a la inestabilidad en el trabajo, enfermedad, vejez o muerte del principal proveedor, y un porcentaje importante (22) se encontraba en esta situación ya que vivía en hogares de gran tamaño. En años más recientes el enfoque de Rowntree ha sido criticado debido al minimalismo con que abordó la definición de pobreza. Sin embargo, debemos reconocer que fue menos avaro que el Banco Mundial. Este organismo supone que para no morir de hambre las personas requieren un dólar con 25 centavos al día por cada una. En cambio, Rowntree define el umbral de pobreza considerando: 1) Los requerimientos nutricionales por sexo y edad, y suponiendo además que los adultos varones tienen trabajos en los que realizan un esfuerzo físico medio (aspecto que le fue criticado, ya que la mayoría de los pobres estaban en actividades con esfuerzo físico alto). 2) El gasto necesario en ropa. 3) El pago de renta de la vivienda. 4) Los gastos asociados a ésta (combustible, electricidad, etcétera). Nótese que esta medida es muy parecida a la llamada pobreza de patrimonio establecida por el gobierno federal de México un siglo después (2002), la cual incluye el gasto en alimentos crudos, salud, educación (sin colegiaturas ni transporte escolar), vivienda y transporte. Además del escaso número de rubros utilizados por el gobierno federal, su minimalismo se refleja también en el hecho de que los requerimientos de ingreso fueron determinados con base en el patrón de gasto de grupos poblacionales pobres del país. Por otra parte debemos considerar que cuando se hizo el estudio de York la educación no formaba parte de lo que se consideraba como necesario para que los individuos pudieran trabajar. Según Bradshaw, si bien la principal preocupación de Rowntree era lograr la eficacia física de los trabajadores para mantener a Inglaterra en una posición de dominio comercial en el mundo, su interés por la pobreza fue motivado por la consternación que sintió al visitar los arrabales de Newcastle en 1895, además de haber sido una persona con una extraña combinación de religiosidad (en la que se exige un compromiso con los más pobres) y de vocación política liberal. Como suele sucederle a los británicos, su investigación la diseñó tratando de minimizar la inclusión de población "no merecedora" en el cálculo de pobreza (aspecto que comentábamos también al analizar las investigaciones sobre el tema del influyente sociólogo Peter Townsend, ver mi colaboración del 4/enero/2010). Para ello definió dos tipos de pobreza: primaria y secundaria. En la primaria incluyó los hogares que aun cuando gastaban todo su ingreso en los rubros definidos como necesarios para mantener la eficacia física resultaban pobres (9.9 por ciento de la población), y en la secundaria a los que su ingreso les sería suficiente si no fuera porque realizaban otros gastos, fueran éstos de utilidad o no (17.9 por ciento). De esta forma, la pobreza en York alcanzaba a 27.8 por ciento de la población, constituyendo la primaria un poco más de un tercio. Aun cuando fue todo un logro transformar la opinión generalizada sobre las causas de la pobreza que existía a finales del siglo XIX, no existe trabajo alguno que habiendo superado la visión minimalista de la pobreza impuesta por Rowntree haya impactado con tal fuerza la opinión pública y la investigación académica del siglo XX, mucho menos la del XXI. No nos sorprende entonces que se sigan utilizando las medidas del Banco Mundial, o bien cuando salen nuevas, como las multidimensionales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social o del Programa de Naciones Unidas para Desarrollo, la pobreza resulta más baja que cuando se mide sólo con ingreso, a pesar de que el número de variables es mayor.
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