¿Qué con el crecimiento económico en México? (El Financiero 05/11/10)

¿Qué con el crecimiento económico en México? (El Financiero 05/11/10)

Carlos Alberto Martínez

Viernes, 5 de noviembre de 2010

Durante la historia económica de México, el país ha carecido de periodos largos de crecimiento económico, lo que se ha traducido en índices de pobreza y marginación, que son insostenibles.

 

Estos bajos niveles de crecimiento se aparejan con la aplicación de múltiples modelos económicos, a contentillo de un sistema político caprichoso y omnipotente.

 

De la visión cuasisocialista del desarrollo del Cardenismo hasta el liberalismo económico y apertura comercial actual, el país ha experimentado un sinnúmero de modelos de desarrollo y un muy pobre nivel de crecimiento, que además no ha sido sostenido por periodos prolongados.

 

En los últimos años, por ejemplo, cuando se ha buscado establecer bases de crecimiento cimentadas en el modelo liberal, se ha tenido un promedio de crecimiento de tan sólo 2.5 por ciento anual.

 

Es decir, en los últimos 28 años los niveles de desarrollo han estado en este promedio, que a todas luces es sumamente bajo para las necesidades de la nación.

 

Por necesidad propia, el país necesita crecer en promedios anuales sostenidos de 7 por ciento. Todos los años nuestra economía necesita crear poco más de un millón de empleos. Esto sólo puede generarse con índices de crecimiento superiores a esta cifra.

 

En este sentido, nuestra economía ha quedado a deber demasiado en relación con las fuentes de empleo y, por tanto, en generación y distribución de riqueza.

 

Hemos estado a un tercio no de la capacidad real de nuestra economía, sino de su necesidad mínima para generar fuentes de trabajo y abatir la pobreza. Todas las visiones del desarrollo han fracasado.

 

No han cumplido con el deber moral y ético que la economía tiene inherente en sí misma; en tanto es parte del hombre mismo de velar por el desarrollo humano que se traduce en erradicar la pobreza. Esta deuda social no tiene para cuándo terminar.

 

El modelo actual, al igual que sus antecesores, se está quedando corto en sus metas mínimas. El 7 por ciento es lo mínimo al que debemos aspirar como nación si queremos pagar esta deuda social con los más pobres, que suman millones.

 

A lo anterior se suma la deuda con las comunidades indígenas, que lastima a todos cada día que pasa. Estos hechos incrementan la desigualdad social, la inseguridad y dividen a la sociedad. Ya son décadas de estar por debajo de los niveles de crecimiento que se requieren por necesidad.

 

Lo que es peor, estos niveles no han podido sostenerse por varios años para lograr objetivos de desarrollo verdaderamente importantes y trascendentes.

 

Las cifras dadas a conocer hace unos días en relación con el crecimiento experimentado en los primeros cuatro años de gobierno de las últimas cinco administraciones presidenciales señalan que en ninguna se obtuvo siquiera 2 por ciento.

 

En estos momentos el país viene de haber decrecido económicamente, producto de la crisis financiera internacional y nuestra falta de desarrollo interno y mecanismos suficientemente sólidos para afrontarla.

 

Así, en 2009 nuestra economía descendió cerca de menos 7 por ciento; esto es justamente lo contrario de lo que debemos crecer. Para este año se espera avanzar cerca de 5 por ciento.

 

Esto significa que aun con este nivel, el país estará 2 por ciento por debajo de lo que se perdió en el año anterior. Para el bienio 2009-2010, México no habrá crecido. Al contrario, estará 2 por ciento por debajo de cero en su promedio.

 

El hecho reviste mayor relevancia cuando se toman las predicciones que sobre el crecimiento se están realizando en los mercados y a través de los órganos oficiales. Se estima que en 2011 el país no llegará a 4 por ciento.

 

Al final de los tres años habremos crecido 2 por ciento, lo que señala que, en el mejor de los casos, al final del sexenio, esto es, luego de 30 años de aplicación del modelo de liberalismo, se estaría en la mediocre cifra mencionada líneas arriba, de 2.5 por ciento.

 

Esta penosa realidad es una de las tareas pendientes y fundamentales para el futuro si queremos sostener nuestra independencia.

   

Investigador. Profesor del Tec de Monterrey y las universidades Iberoamericana y Panamericana Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla.