Sistema hidroeléctrico Necaxa, en agonía (El Financiero 24/11/10)

Sistema hidroeléctrico Necaxa, en agonía (El Financiero 24/11/10)

Esther Arzate

Miércoles, 24 de noviembre de 2010

•Opera desde hace 105 años de manera ininterrumpida.

 

· La hidroeléctrica de Necaxa, una reliquia que agoniza

En Necaxa, Puebla, agoniza el primer gran Sistema Hidroeléctrico de América Latina que nació con el siglo pasado. El sistema Necaxa, compuesto por cuatro centrales, es considerado como la primera obra relevante del sector eléctrico en México, ya que fue planeado para electrificar el centro del país en el porfiriato.

   

Organismos no gubernamentales y especialistas del sector eléctrico recomiendan que esa obra eléctrica continúe en operación como lo ha estado de manera ininterrumpida desde hace 105 años, por lo que presentarán una solicitud ante la sección hidroeléctricas del Comité Internacional para la Preservación del Patrimonio Industrial con sede en París, para que sea inscrita entre las hidroeléctricas consideradas como patrimonio industrial de la humanidad.

 

Hasta octubre del año pasado el sistema Necaxa, ubicado en el norte de Puebla, era operado por la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC), por lo que actualmente está a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), funcionando en niveles mínimos. La paraestatal eléctrica prevé invertir en la modernización integral de sus presas.

 

La hidroeléctrica fue planeada por el gobierno de Porfirio Díaz con años de anticipación, para la celebración del primer Centenario de la Independencia. En 1897, un grupo de inversionistas extranjeros llegó procedente de Canadá, Inglaterra y Estados Unidos, encabezados por Frederick Pearson para fundar la compañía eléctrica Mexican Light and Power, que años después se convertiría en LFC.

 

En ese entonces el sector eléctrico del país recibió una inversión aproximada de más de 150 millones de dólares, de los cuales 17 millones se destinaron a la edificación de la presa de Necaxa.

 

Mario Govea, integrante del Comité de Estudios de la Energía y jubilado de la extinta LFC, señaló que la construcción de esa megaobra requirió 35 mil toneladas de maquinaria y se inundaron varios pueblos y rancherías que desaparecieron bajo el agua. Asimismo se empleó a más de diez mil trabajadores, de los cuales únicamente 50 eran extranjeros.

 

La construcción de las plantas en cascada del sistema hidroeléctrico (Necaxa, Tepexic, Tezcapa y Patla) tardó 12 años porque en ese entonces no se conocía el concreto. La cortina de la presa se rellenaba de manera paulatina con arcilla (lodo) que se comprimía con agua y se secaba con el sol y el viento, de ahí que la cortina de la obra hasta la actualidad deba permanecer húmeda para evitar fracturas y con ello filtraciones o fugas de agua.

 

La presa, con capacidad de cien mil caballos de fuerza (alrededor de 200 megavatios) permitió aumentar la disponibilidad de energía en el centro del país, que en ese entonces era cubierta parcialmente por las plantas termoeléctricas de Nonoalco (a un costado de la central de ferrocarriles de Buenavista), La Verónica (en Melchor Ocampo y Marina Nacional, a un lado de la sede de LFC), Indianilla (en la colonia Doctores) y San Lázaro (en la zona de La Merced).

 

En 1905 se puso en marcha la primera unidad generadora en Salto Grande o Necaxa, y al final de ese año se comenzó a enviar energía a la ciudad de México.

 

Con la terminación de la planta de Necaxa no sólo había luz, sino energía suficiente para abastecer las necesidades de "un país moderno, industrializado, en crecimiento y expansión", expresó el entrevistado en el libro Necaxa, cuna de la electricidad en América Latina, que coeditó con la especialista Catalina García Espinosa de los Monteros.

 

En el texto los autores refieren que cuando los habitantes de Necaxa fueron desalojados de sus tierras, fundaron lo que hoy es Nezuaya, Patoltecoya y Necaxaltepetl, y después de casi cien años se logró, por medio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y LFC, que los habitantes de Necaxaltepetl disfrutaran de la energía eléctrica por primera vez hasta 1987.

 

Una gran proporción de la población de Necaxa trabajaba hasta la extinción de LFC en la operación de la central hidroeléctrica, y como las unidades son tan antiguas las refacciones eran fabricadas por los propios operadores.

 

Actualmente sólo funcionan tres de los 12 generadores con los que cuenta la hidroeléctrica, pero "no se están respetando los procedimientos establecidos por la práctica de más de cien años".

 

En años pasados LFC inició un programa de modernización integral de turbinas, generadores, equipos de control analógico, sistema de enfriamiento, lubricación, malacates, transformadores, interruptores y obra civil en las cuatro centrales de Necaxa, donde invirtió 138 millones 821 mil 346 pesos, y de acuerdo con el presupuesto para el siguiente año, CFE canalizará 277 millones 642 mil pesos y un monto igual en 2012.

 

Siemens, uno de los tecnólogos de la central, construyó en Brasil una planta gemela a la de Necaxa casi de manera paralela, la cual también continúa operando, por lo que los expertos consideran que la presa de Puebla no debe quedar como una reliquia, sino que la CFE debe seguir aprovechando el caudal para la generación de energía limpia que contribuya al abastecimiento de energía en la zona centro del país, como hace un siglo.

 

Referencia

 

José Vasconcelos (1882-1959), en su libro autobiográfico Ulises Criollo, se refirió a la construcción de la planta de Necaxa como el inicio de un estupendo plan para electrificar a la meseta mexicana.

 

Refiere que el entonces presidente, Francisco I. Madero, hizo una visita oficial a las obras de construcción, que no pudieron consolidarse durante ese gobierno (fue asesinado en 1913). El mismo Vasconcelos visitó las obras, inmerso, sin embargo, en el recuerdo de su entrañable Adriana.