PIB per cápita insuficiente para impulsar el mercado interno (El Financiero 01/03/11)

PIB per cápita insuficiente para impulsar el mercado interno (El Financiero 01/03/11)

Arturo Robles

Martes, 1 de marzo de 2011

•No hay un sano equilibrio entre empleo y salarios.

•Fracturada, la cadena producción-bienestar.

•Urgen mecanismos de inversión multianual.

 

· PIB per cápita no alcanza para impulsar el mercado interno

La recuperación del ingreso per cápita que se presentó en 2010 y que ascendió a 9 mil 260 dólares, no es sinónimo de bienestar para la población, pues a pesar de que la producción del país aumentó con respecto a 2009, aún no se tiene un sano equilibrio en el empleo y los salarios.

 

José Luis de la Cruz y Raúl Feliz, especialistas económicos del ITESM y el CIDE, respectivamente, comentaron que la cadena producción-bienestar se encuentra fracturada, y la única forma de que el valor de la producción nacional se traslade a las familias mexicanas es aplicando una sana distribución del ingreso.

 

Así, la mejoría que mostró el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita resulta insuficiente para el fortalecimiento del mercado interno, ya que en los últimos años se ha observado debilidad del ingreso familiar, vía salarios reales, acompañados de una ausencia de empleos especializados que generen un valor agregado a la economía doméstica.

 

Coincidieron en que es urgente buscar mecanismos que fomenten la inversión multianual tanto pública como privada, y generar lo consensos indispensables y necesarios para limitar los monopolios en ambos sectores y generar mayor competencia en los mercados.

 

 

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que entre 1983 y 1990 el PIB per cápita creció 71.3 por ciento, en la década de los noventa subió 83.2 por ciento, pero entre 2001 y 2010 su avance fue de 30 por ciento.

 

El director del Centro de Investigación Económica y de Negocios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, José Luis de la Cruz, explicó:

 

Sería un acierto abandonar la política de contención que hace referencia a que si se aumentan los salarios se frena la competencia y se incrementa la inflación, conceptos que en otras economías de la región se han depurado, como en Chile y Brasil.

 

La estabilidad macroeconómica que tiene el país no se ha trasladado al mercado interno, aseveró, ya que no se percibe una inflación controlada y no se presenta un pleno empleo.

 

Contención salarial

 

Raúl Feliz, especialista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comentó que la recuperación del mercado interno medido por el ingreso por habitante no es suficiente, ya que no existen estrategias que apuntalen el poder adquisitivo de los trabajadores.

 

De ahí que la recuperación sustancial de las remuneraciones y las prestaciones laborales sólo se ha quedado en un buen deseo, señaló.

 

Explicaron que el control monetario ejercido por el Banco de México (Banxico), tanto en el mercado interno como en el foráneo, no ha sido la piedra angular para la eficacia de las políticas aplicadas, sino por una contención de los salarios en el mercado doméstico y del tipo de cambio en el sector externo.

 

Tales instrumentos ya han sido rebasados y, por el contrario, en la medida que se fortalezca la economía interna, la producción mejorará y generará mayor competencia con otras economías, afirmaron los especialistas.

 

Así, aunque la producción nacional alcance cifras altamente históricas, el ingreso familiar no asumirá un despegue, porque la factura de la contención monetaria, seguida por las autoridades, la asumen las familias.

 

Cifras del Banco Mundial (BM), utilizadas por la Organización de las Naciones Unidas para sus informes sobre desarrollo humano, revelan que el PIB per cápita de México medido por la paridad de poder adquisitivo (PPA) ascendió a 14 mil 337 dólares, cifra similar a la de Argentina, pero superado en la región por Chile y Brasil.

 

Y si bien México ocupa el lugar 11 entre 180 economías del orbe, está clasificado como un país con un ingreso medio-bajo, de acuerdo con los estándares internacionales.