En juego, el futuro de la moneda única europea (El Financiero 11/03/11)

En juego, el futuro de la moneda única europea (El Financiero 11/03/11)

Viridiana Mendoza Escamilla

Viernes, 11 de marzo de 2011

•Divididos, intereses de países de la eurozona.

•Alemania, renuente a la ampliación del mecanismo de rescate.

•Mayor inflación y lento crecimiento dominan agenda de hoy.

 

· Más factores de riesgo para la economía global

La Unión Europea (UE) enfrentará un reto mayúsculo durante su cumbre extraordinaria en Bruselas con la participación de los líderes de las 17 naciones que componen la zona euro.

 

Discutirán las implicaciones económicas de los conflictos sociales en Libia -que podrían representar la antesala de una nueva crisis- y la modificación del mecanismo de rescate para países en problemas.

 

El debate de hoy, junto con la cumbre del 24 y 25 de marzo, implica más que sólo las decisiones inmediatas de política monetaria ante el aumento de la inflación; la UE deberá determinar el futuro de la moneda única mediante el diseño de un pacto común para asegurar la estabilidad del euro.

 

Sin embargo, el panorama no luce fácil, a lo largo de la semana, las presiones se han incrementado en materia de política económica:

 

Por un lado, el incremento en el precio del petróleo amenaza con traducirse en una mayor inflación y, por el otro, la estrategia de elevar las tasas de interés para contener la escalada de precios representaría un alza en los rendimientos exigidos a Grecia y Portugal en las colocaciones de deuda, que alcanzaron máximos tras la baja de calificación griega por parte de Moody's.

 

El objetivo de la cumbre será lograr una solución permanente que sustituya las medidas urgentes nacidas para afrontar las crisis de Grecia e Irlanda.

 

No obstante, especialistas consultados por EL FINANCIERO coinciden en que los intereses están divididos y aun con las presiones del desequilibrio en los precios del crudo, Alemania y Francia podrían permanecer renuentes a la ampliación del mecanismo de rescate.

 

Urge un acuerdo

 

Bart Pattyn, presidente y director de Coface para América Latina, señala que las condiciones económicas podrían indicar ya la antesala de una nueva crisis, por lo que será fundamental que surja un acuerdo de política económica para estimular el crecimiento y librar de la quiebra a los países más débiles.

 

"Estamos en un escenario con muy poco crecimiento, a través del petróleo y otros commodities se están viendo presiones inflacionarias. Cuando vemos inflación sin crecimiento es muy contraproductivo, se habla de un escenario de estanflación.

 

"El bloque europeo deberá tener una introspección para determinar qué se puede hacer para ayudar a los países como Grecia, Portugal e Irlanda."

 

Esteban Velázquez, gerente de análisis de Allianz Fóndika, dice que Alemania tendrá una opinión decisiva sobre las modificaciones al mecanismo de rescate, lo cual supone una discusión complicada, pues la canciller Angela Merkel se ha mostrado renuente al otorgamiento de más recursos a los países con desbalances fiscales.

 

"Es probable que la Unión Europea se vea inmersa en un debate tan complicado, que lo que veamos al final sea nuevamente un mecanismo aprobado porque el agua les llegó al cuello.

 

"Los diferenciales de las tasas de Grecia y Portugal están ya por arriba de 700 puntos, están en límites exagerados respecto al bono alemán; esto hace que la solución sobre el mecanismo de rescate sea urgente, pero al final del día los alemanes son quienes más pesan en esa decisión, y Merkel difícilmente va a ceder."

 

Por otro lado, Bart Pattyn advierte que Europa deberá buscar la mejor manera de librar una batalla a doble frente: la resolución de los desequilibrios internos y el impacto externo por los disturbios en Medio Oriente y el norte de África.

 

"Europa depende de Medio Oriente por la importación de sus energéticos, pero también depende del Canal de Suez para las importaciones de Asia.

 

"El bloque europeo es más susceptible a un choque que otras partes del mundo; sin embargo, los dirigentes deben entender que las turbulencias no vienen desde dentro de la Unión Europea."