Bajo nivel en el desarrollo de patentes (El Financiero 30/05/11)

Bajo nivel en el desarrollo de patentes (El Financiero 30/05/11)

Ivette Saldaña

Lunes, 30 de mayo de 2011

•Pese a que se duplicó el número de solicitudes, nuestro país contribuye con 0.83% mundial.

•Rezago de 70 años en innovación: Heiwdi Lindner.

•De cada 10 marcas autorizadas, sólo una se comercializa.

 

· Mínima aportación de México al desarrollo de patentes

La capacidad de los mexicanos para innovar y desarrollar patentes se incrementó en los últimos 16 años, al duplicarse el número de solicitudes de 498 a 951; sin embargo, el país sólo contribuye con 0.83 por ciento del total mundial.

 

En los indicadores internacionales se observa cómo otras naciones en desarrollo nos superan por mucho; por ejemplo, Brasil aporta 2.71 por ciento, y China 10 por ciento.

 

Y el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) nos sitúa en el lugar 60 de 133 países por el número de patentes que producimos.

 

Las autoridades aseguran que vamos por buen camino, con un incremento en los registros de innovación hechos por mexicanos, ya que de las 14 mil 436 solicitudes de 2005, las mexicanas fueron 584, y en 2010 subieron a 951, casi el doble.

 

"Se logrará cada vez más con mejores programas de desarrollo humano y de investigación, y la tendencia va a ser creciente y constante", afirmó el nuevo director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Rodrigo Roque.

 

Para Heiwdi Lindner, jurista y socia fundadora de Arochi, Marroquín & Lindner, en México hace falta fomentar la innovación -porque tiene un rezago de 70 años-, como hacen otros países en los que hay subvenciones en la materia e incentivos directos e indirectos para invertir en ciencia y tecnología.

 

Asimismo faltan recursos humanos de alta calidad, es decir más investigadores que generen conocimiento e innovaciones, añadió.

 

Julio Mendoza Álvarez, director del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, afirmó que "hay un déficit de instituciones de investigación y desarrollo tecnológico, y el gobierno debería de invertir en ello, pero también la iniciativa privada".

 

El Sistema Nacional de Investigadores cuenta con 16 mil 600 plazas, un número muy pequeño para lo que requiere el país, aseveró.

 

Impulso

 

"Necesitamos más posgrados y doctorados, pero el problema no es graduar más personas, pues también hay que pensar dónde van a trabajar; de lo contrario enfrentaremos esa fuga de talentos", dijo Arturo Molina Gutiérrez, rector de la zona metropolitana del Tecnológico de Monterrey.

 

Pese a ello se han hecho esfuerzos por impulsar más la innovación en el país, tanto en instituciones privadas (como el Tec) como en gobiernos como el del Distrito Federal.

 

De 1996 a 2010 el Tecnológico de Monterrey financió la investigación y el desarrollo de 159 patentes de sus propios investigadores, de las cuales hasta ahora se han comercializado entre 12 y 13.

 

Molina Gutiérrez explicó que desde 2005 iniciaron un programa junto con el IMPI para guiar a los académicos desde el desarrollo de una idea, pasando por el registro de una patente, hasta la comercialización de ésta.

 

"El Tecnológico de Monterrey financia todo el proceso, con una inversión de 50 millones de pesos anuales.

 

Para muestra un botón: el investigador del Tec campus Estado de México Joaquín Oceguera, junto con su equipo, registró dos patentes: la del proceso de nitruración con tratamiento termoquímico y otra para detección del cáncer, las cuales se comercializan a través de dos empresas que se crearon para ello.

 

"Hemos podido generar financiamiento que ha permitido distintas líneas de desarrollo", y ello ha permitido que den servicios a empresas globales de Alemania.

 

Para Oceguera, en el proceso de creatividad de las patentes hay una fuerte correlación entre la investigación básica y la aplicación de ésta a la industria.

 

Hay otros intentos más por impulsar la creatividad. En 2008, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal inició un programa para generar patentes.

 

Su director, Julio Mendoza Álvarez, indicó que ese año sólo lograron apoyar el registro de una patente, en 2009 subió a 27 y en 2010 fueron 80. La meta para 2011 es llegar a cien.

 

Explicó que todas las solicitudes de apoyo que reciben pasan por un filtro, y los seleccionados obtienen capacitación y ayuda para redactar la memoria técnica y hacer la solicitud de patente, proceso que cuesta 25 mil pesos y que absorbe el gobierno.

 

La meta ahora es comercializar la mayoría de las 108 patentes que ya se apoyaron, para lo cual se trabaja con Venture Capital, ATC México, Caramel Tec y NRC de Canadá.

 

A la fecha hay posibilidad para cuatro, entre éstas la patente para diagnosticar la enfermedad de Parkinson o los maniquíes robóticos.

 

"El problema es que de cada tres patentes que se solicitan, sólo una se concede, y de cada diez autorizadas, una se comercializa. Además, de cada 30 ideas, únicamente una cristaliza en una petición de patente."

 

Concentración

 

Datos del Centro de Información Tecnológica del IMPI muestran que las patentes se concentran en unas cuantas instituciones.

 

Por ejemplo, de 1996 a 2010 el Instituto Mexicano del Petróleo fue el que más registró, con 228, seguido de la UNAM, con 182; el Tecnológico de Monterrey, 159; el Cinvestav, 102; el Centro de Investigación en Química Aplicada, 90; el Instituto Politécnico Nacional, 72, entre otras.

 

Roque, Molina Gutiérrez, Oceguera y Mendoza Álvarez coincidieron en que no sólo se trata de crear desarrollos y registrar patentes, sino que es necesario que el proyecto tenga aplicaciones en la industria

 

El director del IMPI aseguró: "El trabajo que nos corresponde es convencer a los científicos de que se acerquen al Instituto a registrar sus patentes y a generar los estímulos correctos a la investigación; que las patentes se utilicen en los sectores productivos, a fin de que los investigadores, reciban los recursos para seguir innovando."

 

Desafortunadamente, señaló Mendoza Álvarez, "el mejor proyecto de investigación ni siquiera se ha podido culminar", que fue el radiotelescopio cuya construcción inició en 1993. Ya han pasado 18 años y se han invertido más de cien millones de dólares y aún no se termina.

 

Ello exige un cambio de mentalidad, "crear una cultura que genere innovación, y para ello se requieren incentivos y potenciar los desarrollos, hacer rentables las patentes estableciendo un vínculo entre investigadores, academia, gobierno y empresario", afirmó Lindner.