México pierde brillo en el plano internacional (El Financiero 25/10/11)

México pierde brillo en el plano internacional (El Financiero 25/10/11)

(Leticia Rodríguez López)

Martes, 25 de octubre de 2011

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Dentro de la transformación radical que ha tenido la economía mexicana en los últimos 30 años, su crecimiento ha sido lento y se ha rezagado respecto a otras economías latinoamericanas y Estados Unidos, plantea Juan Carlos Moreno Brid, director adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México.

 

En la década de los ochenta, México aparecía entre las diez principales economías del mundo, al ocupar el lugar ocho, y tres décadas después pasó al 14, desplazado por los países que conforman el grupo de los BRIC, de acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI)

 

Brasil se colocó el año pasado en el escalón número siete, Rusia en el 11, India en el nueve y China en el dos, después de Estados Unidos.

 

La última encuesta bianual "Las Américas y el mundo 2010-2011", a cargo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), revela, entre otras cosas, que Brasil es el líder indiscutible en América Latina.

 

"Todos los países encuestados coinciden en considerarlo como el país latinoamericano más influyente y con mejor imagen", mientras que "México carece de visibilidad en el continente", refiere el estudio.

 

Limitantes del desarrollo

 

El menor ritmo de expansión de la economía mexicana, que ha impedido crear los empleos necesarios para su fuerza laboral y disminuir más la pobreza y la desigualdad, se explica porque en esencia la política macro se ha concentrado en abatir la inflación y el déficit público, y se ha hecho exitosamente, comenta Moreno Brid.

 

Sin embargo, observa, en ese empeño ha descuidado -o incluso acentuado- ciertas limitantes fundamentales que hoy por hoy impiden el crecimiento dinámico de largo plazo de nuestra economía.

 

En ese contexto, considera, hace falta una reforma fiscal que fortalezca tanto los ingresos tributarios como un uso más eficiente, transparente y sujeto a rendición de cuentas del gasto público, y así dedicar mayores recursos a la inversión.

 

México no logrará el crecimiento económico elevado y sostenido que requiere sin una reforma fiscal que permita modernizar y expandir la infraestructura, eliminar la dependencia fiscal de los recursos petroleros, y aplicar políticas contracíclicas de mayor significado para reducir los impactos adversos de choques externos, asevera.

 

Desafortunadamente, agrega, el abatimiento tan alabado del déficit público en el país se logró en estas décadas sin fortalecer los ingresos tributarios no petroleros, sin corregir sus impactos regresivos y sin robustecer la eficiencia en los gastos.

 

Esa situación ha repercutido en un debilitamiento de la inversión pública, y en preservar una concentración elevada del ingreso, que resulta del todo incompatible con las necesidades de dar un papel mucho mayor al mercado interno como motor del crecimiento.

 

Advierte que seguirá sin alcanzarse un crecimiento dinámico en tanto que la vasta mayoría de empresas, en especial medianas y pequeñas, carezcan de acceso oportuno y adecuado al financiamiento bancario, que en la actualidad se encuentra en niveles internacionalmente bajos.

 

La insuficiencia del crédito bancario obstaculiza la inversión y, por ende, mina las posibilidades de crecimiento dinámico de la economía mexicana, y por diversas razones la banca de desarrollo poco ha podido ayudar a remover esta restricción.

 

Otra limitación importante, plantea, ha sido la excesiva confianza en que las exportaciones -impulsadas mera y casi en exclusiva por la apertura comercial- serían capaces de arrastrar al resto de la economía en una pauta de expansión acelerada.

 

Lo anterior simplemente no ocurrió. Las ventas mexicanas al exterior aumentaron de manera notable en estas décadas. Pero no ocurrió igual con su capacidad de generación de valor agregado, y de crear ligas de negocios o encadenamientos con el resto del aparato productivo.

 

En estas circunstancias, señala Moreno Brid, buena parte del impulso exportador se tradujo en vastos incrementos de las importaciones, y no del valor agregado interno.

 

La ausencia de una política activa de fomento al sector productivo, de fortalecimiento del valor agregado y efecto multiplicador de las exportaciones al resto de actividades, aunada a una tendencia persistente a la apreciación del tipo de cambio real, se han convertido en limitantes cruciales al potencial de expansión de la economía mexicana a tasas de 6 o 7 por ciento.

 

Si bien el desarrollo exige evitar elevadas inflaciones, así como desbalances mayúsculos en las cuentas fiscales, la experiencia mexicana muestra que éstas son condiciones necesarias pero insuficientes para garantizar un crecimiento económico elevado y persistente de largo plazo.

 

"El reto no resuelto de México en estas décadas es aplicar medidas y políticas económicas que corrijan los obstáculos, sin poner en jaque los avances en abatir presiones inflacionarias y de preservar el balance presupuestal."