Perjudica a pymes cultura disfuncional (Reforma 16/01/12)

Perjudica a pymes cultura disfuncional (Reforma 16/01/12)

Recomiendan acabar con los esquemas de autoridad-obediencia en las empresas

Por Xóchitl Herrera

Monterrey México (16 enero 2012).-   La resistencia al cambio de los dueños de la mayoría de las empresas medianas y familiares -que representan 94 por ciento de las compañías en el País- crea una cultura organizacional disfuncional que a su vez genera ineficiencias operativas y malos tratos al cliente, según expertos en desarrollo empresarial.

 

En muchas empresas en México prevalece una cultura organizacional vertical, centralizada, con jerarquías marcadas y basadas en esquemas de autoridad y obediencia, consideró Horacio Andrade, director de Sinapsis Consultores y autor del libro "Cambio o fuera".

 

"El índice de mortandad de las empresas se debe en parte a eso, me topo con muchos hijos de dueños de empresas familiares que confiesan que su principal enemigo es su papá, que se rehusa a aceptar cambios", afirmó Andrade.

 

Martín Rodrigo Notivoli, experto en desarrollo humano y organizacional, coincidió por separado en que la cultura más común en las empresas mexicanas es de tipo autoritario y paternalista, en las que no se permite a los empleados elegir, ni decidir por sí mismos.

 

"La mayoría dicen que su activo principal son las personas, pero la realidad es muy distinta, le dan más importancia a la tecnología, al capital y a la imagen que a las personas", consideró Rodrigo Notivoli, director del instituto del mismo nombre.

 

"Hablan mucho de innovación, de creatividad, de cambio, pero quien puede hacer y lograr esto son las personas conscientes, con una autoestima alta, autónomas, confiadas, motivadas, comprometidas y responsables".

 

La cultura organizacional, afirmó Andrade, es la forma como se hacen las cosas en una organización a partir de los valores que se comparten -sus creencias sobre los clientes, la calidad, la productividad, por ejemplo-, y es a una empresa lo que la personalidad es a los individuos.

 

Ambos expertos coincidieron en que las culturas -y las conductas que provocan- disfuncionales generan enormes gastos y pérdidas para las empresas, en clientes perdidos, trabajo repetido, errores de comunicación, peleas internas y con proveedores, entre otros.

 

Las empresas japonesas tuvieron que cambiar su cultura paternalista a una más abierta debido a la necesidad de competir globalmente, afirmó Notivoli.

 

Bimbo, dijo Andrade, es un ejemplo de una empresa con una cultura que valora tanto a las personas como a la producción, que le permite competir internacionalmente.

 

"Su slogan interno es ser altamente productiva y plenamente humana, y ellos valoran a la persona y su bienestar, pero también piden resultados, no se trata de ser altruista nada más porque sí, sino considerar a la persona para que pueda cumplir su potencial, que a la larga beneficia a la empresa".

   

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Fecha de publicación: 16 enero 2012