Se ubica en 8.9% la inflación de alimentos en AL (El Financiero 13/09/12)

Se ubica en 8.9% la inflación de alimentos en AL (El Financiero 13/09/12)

Héctor A. Chávez Maya

Jueves, 13 de septiembre de 2012

Alza en cereales, factor de presión; subieron 17% en un mes.

 

La inflación anual de alimentos de América Latina y el Caribe se ubicó en 8.9 por ciento en julio, muy por encima de la general, que alcanzó una variación anual de 5.9 por ciento, pero similar a la de igual mes de 2011.

 

Por su parte, el Índice de la FAO para los precios de los alimentos aumentó 6 por ciento entre junio y julio, presión que provino de las alzas en los cereales, que subieron 17 por ciento en un mes, como resultado de la sequía que golpea la producción de maíz en Estados Unidos y las desfavorables previsiones para la cosecha de trigo en Rusia.

 

En lo que va del año los precios de la soya, el trigo y el maíz amarillo en Estados Unidos acumulan incrementos de 47, 27 y 17 por ciento, respectivamente.

 

La mayoría de los países de América Central muestran signos de estabilidad en sus tasas de inflación anual durante julio. No obstante, México, Nicaragua y Panamá observaron incrementos en la inflación anual de alimentos con respecto a lo anunciado el mes anterior, pero estas variaciones no son considerables.

 

Así, la inflación general mensual durante julio en México se ubicó en 0.6 por ciento, mientras que la alimentaria se colocó como la más alta de la zona al alcanzar 1.5 por ciento, en tanto que la anual general se ubicó en 4.4 por ciento, y la alimentaria en 8.7 por ciento.

 

La FAO recomendó mantenerse atentos a la evolución de los factores que pueden afectar los niveles y la volatilidad de los precios de los comestibles.

 

Basados en el informe, los movimientos recientes en los precios internacionales de los alimentos, especialmente de los cereales, representan simultáneamente oportunidades y riesgos para los países de la región, según su posición comercial.

 

Si bien para países exportadores como Argentina y Brasil esto representa una oportunidad para incrementar los ingresos por sus exportaciones, para países como México podría significar un deterioro más profundo de su balanza comercial de alimentos, especialmente si se toma en cuenta que más de 75 por ciento de las importaciones de maíz y trigo provienen de Estados Unidos.