Urge a México verdadera política industrial: CEESP (El Financiero 04/10/12)

Urge a México verdadera política industrial: CEESP (El Financiero 04/10/12)

Isabel Becerril

Jueves, 4 de octubre de 2012

Necesario, replantear el modelo exportador.

Debilidad estructural amenaza a las Pymes.

Incorporación de nuevas tecnologías, fundamental.

 

Los aspectos que han atendido poco las pequeñas y medianas industrias en México son la incorporación de mayor contenido tecnológico en los bienes y servicios o la formulación de una estrategia tecnológica vinculada a su plan global de negocios.

 

Ello representa una debilidad estructural que en cierto modo amenaza su supervivencia y posibilidades de crecimiento, advierte el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

Tal situación resulta preocupante, porque las pequeñas empresas generan casi tres cuartas partes del empleo nacional, es decir 78.3 por ciento. Además, en México se vive la problemática de que el trabajo informal va en ascenso.

 

Actualmente en el país los niveles de ocupación informal se ubican en 29.3 por ciento respecto a la población ocupada, en tanto que a principios de la década pasada fue de 26.9 por ciento.

 

Y si no se supera el ritmo de crecimiento económico observado en los últimos 11 años, de 2.2 por ciento, hay la posibilidad de que continúe registrándose una alta ocupación en el sector informal, alerta el organismo que dirige Luis Foncerrada.

 

Ésas son algunas de las razones para repensar en una política industrial y replantear con responsabilidad e inteligencia cómo hacer uso de las capacidades para organizar la producción e incrementar nuestras exportaciones.

 

Para el CEESP, el modelo de crecimiento económico orientado a las ventas al exterior es insuficiente para generar los empleos que en el país se requieren, a menos de que aumente la participación de productos mexicanos en el extranjero.

 

Valor agregado

 

A fin de dar paso a nuevas formas de creación de valor agregado es necesario avanzar en la capacidad de desarrollar nuevos productos y servicios especializados y posicionar marcas registradas.

 

También se deben fortalecer los procesos y niveles de calidad en la producción, innovar no sólo en tecnología, sino en los modelos de negocio y organización, crear canales de distribución y marketing competitivos, y en general evitar una alta concentración industrial y prácticas de competencia monopólicas.

 

En el estudio "Por qué una política industrial para México", el Centro expone que es deseable la definición de objetivos precisos y cuantificables sobre una mayor inclusión y participación de la producción local y regional en las cadenas de suministro global.

 

Se requiere un cambio de paradigma que se centre en el predominio y liderazgo de las capacidades productivas de la planta nacional, con énfasis en individuos altamente especializados y la capacidad genérica para trabajar en equipos en la solución de problemas en el ámbito de la producción.

 

De ahí que resulta imperativo que el desarrollo productivo se realice sobre la base de una productividad en ascenso, así como la acumulación de competencias base y destrezas.

 

La economía también requiere avanzar hacia nuevas formas de integración comercial, por ejemplo el potencial comercial que ofrece el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), que representa 26 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global.

 

Asimismo, las organizaciones industriales deben avanzar sobre el principio de libertad económica y sobre una base de competencias construidas a partir del mérito productivo o capacidades de la empresa.