Hacia un nuevo modelo de evaluación de proyectos urbanos (El Financiero 12/10/12)

Hacia un nuevo modelo de evaluación de proyectos urbanos (El Financiero 12/10/12)

Zona KPMG / Alejandro Villarreal

Viernes, 12 de octubre de 2012

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No hay duda de que las ciudades son el motor del crecimiento económico. Hoy en día, las urbes albergan a más de la mitad de la población mundial, emiten más de 70 por ciento de los gases de efecto invernadero, utilizan 80 por ciento de la energía del planeta e impulsan la mayoría de la producción económica.

 

Resulta igualmente claro que el crecimiento económico se puede acrecentar a través del desarrollo de la infraestructura.

 

La infraestructura urbana es uno de los mayores desafíos del siglo XXI. En respuesta a la creciente presión que se ejerce actualmente sobre ésta, se estima que se necesitará una inversión de 40 mil millones de dólares para 2050, con el fin de sustentar el crecimiento global y garantizar que las ciudades del mundo sean habitables, sustentables y renovables.

 

Ya sea controlando el crecimiento explosivo de la población urbana, actualizando la infraestructura obsoleta, desarrollando infraestructura nueva o controlando efectivamente la disminución de la población y la base impositiva, los gobiernos de todo el planeta enfrentan importantes desafíos que deben abordarse en materia de infraestructura.

 

Beneficios

 

Medir los beneficios económicos que la infraestructura brinda a una ciudad es sumamente difícil. En parte, esto se debe a la influencia de una amplia gama de fuerzas externas que alteran el valor de la infraestructura desde una perspectiva económica.

 

Sin embargo, es porque se tiende a dar a ésta un enfoque de simples ecuaciones que responden a un reto específico, que las inversiones se racionalizan usando metodologías específicas del sector (como valor del tiempo que ahorran los usuarios de una carretera contra el costo neto para los contribuyentes).

 

En efecto, si se considera a la inversión en infraestructura por proyecto, se haría más para impedir, en vez de apoyar el crecimiento económico.

 

Si combinamos los beneficios económicos que conlleva entregar productos para mercados de exportación con la mayor capacidad del puerto y el potencial de creación de empleos, se vuelve evidente que la carretera aporta efectivamente un valor excepcional.

 

En lugar del enfoque tradicional para la evaluación de proyectos, que históricamente tuvo como resultado la falta crónica de inversión y el estancamiento de programas, lo que se requiere es un nuevo modelo que se enfoque en alcanzar crecimiento y mayores beneficios económicos, como más ingresos fiscales, nuevos empleos y Producto Interno Bruto más alto.

 

Cuando a los proyectos se les mide con estos criterios, uno de inmediato reconsidera la forma en que la infraestructura ofrece valor a la economía.

 

Por ejemplo, al examinar más detalladamente las inversiones en transporte, podemos deducir que más que simplemente unir a dos puntos en el mapa, el transporte masivo ofrece valor al conectar a los negocios con los mercados laborales, negocios con negocios o negocios con mercados de consumo. En otras palabras, se trata de mejorar la conectividad.

 

Nuevo modelo

 

Para las economías en desarrollo y emergentes, como las de América del Sur, el potencial que tiene un nuevo modelo para la evaluación de proyectos deberá ser bien acogido.

 

Con centros urbanos en desarrollo, un crecimiento económico estancado y un legado de falta de financiamiento de la infraestructura, este nuevo enfoque da a los gobiernos la oportunidad de rebasar a economías más desarrolladas, centrándose exclusivamente en aportar valor económico a partir de las inversiones en infraestructura.

 

Sin lugar a dudas, habrá retos importantes. Los departamentos del gobierno deberán integrar sus enfoques frente a la inversión, a fin de unirse en torno a objetivos comunes; se requerirá de liderazgo del más alto nivel para que la voluntad política haga lo que sea mejor para la economía en su conjunto.

 

Se deberán adoptar nuevos acuerdos y una colaboración estrecha entre los gobiernos municipales, regionales y federales para impulsar inversiones y beneficios equilibrados.

 

Pero, adoptando un enfoque nuevo y con orientación económica, resulta claro que los gobiernos pudieran contar con un nuevo modelo que convierta la inversión en infraestructura en el tan anhelado crecimiento económico.

 

La infraestructura urbana se ha convertido en uno de los más importantes desafíos que enfrenta el mundo hoy en día. Así que no es de extrañar que la voluntad política y los líderes de negocios ahora estén profundamente enfocados en la correcta planeación de ciudades y su impacto en todo lo concerniente a crecimiento económico y bienestar social, cambio climático y sustentabilidad.

 

De hecho, en los países desarrollados y en vías de serlo, las ciudades se esfuerzan en proporcionar una serie de infraestructura crítica para menguar su creciente, y en muchos casos, implacable crecimiento; y en apoyar el desarrollo de sistemas de transporte más eficaces, energía confiable y de bajos niveles de carbono, redes seguras de abastecimiento de agua potable y un desarrollo de infraestructura social eficiente y escalable donde todos estos elementos desempeñan un papel central.

 

Esos retos no pueden verse de manera aislada. Existen siempre preguntas y cuestionamientos complejos que cobran una influencia significativa en la habilidad de los gobiernos para prestar los servicios públicos mejorados y desarrollar la infraestructura moderna que se requiere.

 

La inversión es un desafío indispensable con el que se tiene que lidiar, tanto en las economías pobres como en las ricas. Pero las preguntas fundamentales también rodean las consideraciones de políticas fiscales, la necesidad de una mayor rendición de cuentas, el papel del sector privado y la búsqueda de mejorar la sustentabilidad de las infraestructuras y servicios.

 

Las ciudades del futuro

 

Como resultado de lo anterior, hemos visto aumentar las actividades en el desarrollo de "las ciudades del futuro"; es decir, ciudades altamente habitables y que equilibran las necesidades de la población, la economía y la contribución al medio ambiente.

 

Nuestra firma desarrolló el estudio Infrastructure 100: World Cities Edition, que muestra cien de los proyectos de infraestructura urbana más innovadores e inspiradores en el mundo, que hacen que las ciudades sean habitables y sustentables.

 

Esta edición ofrece una visión de los proyectos de infraestructura que hacen de las grandes urbes lugares donde la gente desea vivir y hacer negocios, y comparte un enfoque particular en los aspectos más innovadores que las convierten en ciudades del futuro.

 

Un grupo distinguido de expertos de la industria formó parte del jurado. Cinco jurados regionales distribuidos en Asia-Pacífico, Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Medio Oriente y África seleccionaron cien proyectos de los cientos que fueron nominados. Al final, se destacaron los diez más notables de cada categoría, para exhibirlos en cada sector en la publicación final.

 

El informe destaca los proyectos innovadores de todo el mundo y está diseñado para motivar a la gente a concebir, financiar y desarrollar proyectos de infraestructura que transformen no sólo los asentamientos urbanos, sino la manera en que las poblaciones del mundo interactúan con su infraestructura, los gobiernos, las ciudades y el ambiente.

   

Para consultar de manera detallada el reporte, visita www.kpmg.com.mx. Socio de Infraestructura de KPMG en México Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla. www.delineandoestrategias.com