Cuánto cuesta comer (El Financiero 05/11/12)

Cuánto cuesta comer (El Financiero 05/11/12)

Araceli Damián*

Lunes, 5 de noviembre de 2012

Este miércoles a las 17 horas en El Colegio de México se presentarán los resultados de una investigación cuyo objetivo fue elaborar una canasta normativa de alimentos para el Distrito Federal (CNA-DF) y establecer su costo. El ejercicio fue realizado en el Evalúa DF (Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal) en 2011 y formó parte del Proyecto para la Medición Integral de la Pobreza y la Desigualdad en la entidad, financiado por el Icyt (Instituto de Ciencia y Tecnología del DF)

 

El costo de las CNA (CCNA) lo utilizan algunos para medir la pobreza extrema. El ingreso de los hogares se compara con éste para determinar si son pobres extremos. Aunque se asume que este procedimiento estima la pobreza extrema o alimentaria, en realidad para lograr este objetivo lo correcto sería comparar el CCNA con el gasto en alimentos del hogar, no con su ingreso.

 

Cuando el costo está expresado en términos per cápita, el CCNA se multiplica por el número de personas que lo conforman para estimar el costo de los alimentos en el hogar. Este procedimiento tiende a sobrestimar este costo en hogares con una elevada proporción de menores y mujeres, ya que requieren un consumo de alimentos menor al del adulto-varón de referencia.

 

En un esfuerzo por superar este error se han elaborado medidas por adulto equivalente (AE). Éstas representan una fracción del costo de la CNA, que está en función de los requerimientos nutricionales por grupos de edad y sexo. Sin embargo, si bien un niño requiere menos calorías que un adulto, necesita más calcio y, por tanto, su dieta debe contener una cantidad mayor de lácteos, lo cual no es posible determinar con las medidas de AE, por lo que siguen siendo inadecuadas para medir los requerimientos alimenticios.

 

La elaboración de la CNA-DF siguió un camino distinto. Tradicionalmente las canastas se construyen determinando primero los requerimientos nutricionales de un individuo u hogar "tipo" en una sociedad determinada. Una vez establecido el perfil del individuo "promedio" se hace un listado de alimentos que cubren los requerimientos nutricionales (basados en tablas y recomendaciones nacionales e internacionales). Finalmente, la selección de alimentos se hace con base en el consumo observado en un grupo de referencia, pero se somete a modelos estadísticos lineales que realizan arreglos "óptimos" en función del costo mínimo. Este procedimiento ha sido ampliamente criticado, debido a que socialmente los hogares no tienen esta racionalidad absurda.

 

En cambio, en la elaboración de la CNA-DF se partió de una concepción de bienestar alimentario, no de costo mínimo. Aun así, no se dejó de lado la idea de obtener un costo bajo, pero se privilegió el hecho de que "la satisfacción de las necesidades nutricionales de orden fisiológico constituye la base para poder satisfacer otras necesidades; su carencia impone un límite absoluto a la posibilidad de mantener una buena salud y participar provechosamente en procesos educativos [y sociales en general] (Abelardo Ávila Curiel, "Construcción de una canasta normativa alimentaria para el DF, mayo 2012, mimeo).

 

Para lograr estos fines se establecieron canastas específicas para diez grupos de edad y sexo, con modelos que incluyen diversos menús para cada grupo, que les permiten satisfacer sus requerimientos nutricionales, a través de una dieta variada, completa, saludable, accesible y socialmente aceptable. Otra de las innovaciones fue que el contenido de los menús fue sometido a la opinión de expertos y grupos focales, quienes ayudaron a la adecuación de la canasta para que cumplieran no sólo con los requerimientos nutricionales, sino también con las prácticas sociales de la población en el DF.

 

Al rechazarse los ejercicios minimalistas, que buscan "optimizar" la relación costo-nutriente (minimización del costo), se puso especial cuidado en los aspectos sociales y culturales que determinan las formas de satisfacción de las necesidades alimentarias. Esta postura contrasta con la del Coneval, que en 2010 presentó una canasta alimentaria construida a partir de la selección de grupo de hogares de referencia que cubrieran los requerimientos energéticos al costo "más eficiente posible". Ávila crítica esta postura, no sólo por ser un ejercicio minimalista, sino porque el grupo de referencia tiene ingresos bajos, lo que provocó que la lista de alimentos que conforman la canasta estuviera basada en patrones de consumo de un grupo poblacional que presenta crecientes problemas de obesidad.

 

Por otro lado, para determinar el costo de la CNA-DF se incluyó el que implica realizar comidas fuera del hogar (para estudiantes y trabajadores), además de incluir otros costos adicionales, como la probabilidad de embarazo, el gasto en agua de garrafón, el de los condimentos y las comidas preparadas. Para el individuo promedio del DF el costo de la CNA fue de 58 pesos en noviembre de 2011. Si sólo se incluyen las comidas en casa, el costo se reduce en diez pesos diarios; aun así, el costo de la CNA-DF queda por encima del calculado para las zonas urbanas por el Coneval (34.8 pesos en la misma fecha), el cual supuestamente incluye comidas preparadas y las realizadas fuera del hogar (no se incluye la sal ni el agua de garrafón).

 

La diferencia no está sólo en el costo total, sino en la concepción sobre la forma en que los hogares satisfacen sus necesidades, por un lado la humanizada y por otro la animal.

   

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