Coneval y la Cruzada (El Financiero 18/02/13)

Coneval y la Cruzada  (El Financiero 18/02/13)

Araceli Damián

Lunes, 18 de febrero de 2013

Existe la idea de que el nivel de pobreza en un país corresponde a la información ofrecida por los órganos creados por el Estado con ese fin. Sin embargo, como plantea Amartya Sen, la definición de la pobreza como sustento de las políticas públicas involucra "diversos factores que incluyen la naturaleza del gobierno, las fuentes de su poder y la fuerza desplegada por otras organizaciones" ("Sobre conceptos y medidas de pobreza", Comercio Exterior, Vol. 42, abril, 1992, p. 314).

 

Lo anterior quedó manifiesto en México cuando se oficializó la medición de la pobreza en 2002. El entonces gobierno derechista encabezado por Vicente Fox, estableció un Comité Técnico para la Medición de la Pobreza, constituido por académicos, con derecho a voto, y por representantes del gobierno federal, sin derecho a voto, pero con derecho a veto. Esta aberración conllevó a que los datos de pobreza dados a conocer a la opinión pública no fueron del todo apegados a los resultados producidos por ese Comité.

 

Como la memoria histórica es corta, es conveniente recordar que el Comité estimó que en 2000 la pobreza afectaba a 64.6 por ciento de la población. No obstante, haciendo efectivo su derecho de veto, el gobierno federal eliminó el nivel más elevado de pobreza identificado por el Comité, dando a conocer que ésta afectaba a sólo 53.7 por ciento.

 

Con ello, de un plumazo se dejó de reconocer a 11 millones de pobres como sujetos de derecho a ser atendidos por las políticas públicas en la materia. Lamentablemente, los académicos "independientes", convocados por el gobierno, no defendieron sus datos, asumiendo la posición de que ellos sólo producían información y el gobierno decidía qué hacer con ella.

 

De esa forma, la "definición política de la pobreza" en México dependió "de una evaluación de factibilidad («debe implica puede»), pero -como señala Sen- aceptar que algunas privaciones no se pueden eliminar de inmediato no equivale a conceder que no se deban considerar como privaciones" (p. 315). Por tanto, algo que pretendía ser una "verdad técnica" se convirtió en una verdad política, y la sociedad mexicana la tomó como buena -al respecto ver Boltvinik, Julio, y Damián, Araceli, "Mediciones de pobreza y los derechos sociales en México", Papeles de Población, Nueva Época, año 9, núm. 35, Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Población, UAEM, enero-marzo, 2003).

 

Las consecuencia de definir la pobreza de esta manera son magistralmente ejemplificadas por Sen, cuando afirma que definir la pobreza políticamente equivaldría a que gobierno y sociedad dijeran: "Mire, anciano, usted no es pobre aunque esté padeciendo hambre, ya que en las circunstancias actuales es imposible mantener el ingreso de todos por encima del nivel requerido para eliminar el hambre." (ibíd.)

 

El Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social) es el heredero del Comité, no sólo por ser el encargado de medir la pobreza, sino porque una proporción sustancial de los académicos que integran el Consejo fueron miembros del Comité. Lo sorprendente es que este grupo consolidado en el sexenio foxista ha hecho hasta lo imposible por "demostrar" que el gobierno tenía razón, que la pobreza era mucho más baja de lo que su método "científico" produjo.

 

Pero no sólo eso: con los "nuevos" datos de pobreza multidimensional del Coneval, elaborados con metodologías "innovadoras", ésta se ubica en 2010 en 46.2 por ciento de la población, dato mucho menor al que resulta para ese año con el umbral que le gustó a la entonces secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota (52 por ciento de la población).

 

Peña Nieto aseguró que su Cruzada Nacional Contra el Hambre cubrirá a 7.4 millones de personas. Es poco claro en qué se basó para determinar esta cifra, ya que es mucho más baja que la de las personas identificadas por el Coneval con carencia en el acceso a la alimentación, que en 2010 se ubicaba en 28 millones.

 

El indicador de carencia de acceso a la alimentación se construye con las respuestas que dan los entrevistados a una batería de 18 preguntas, entre las que se encuentra: "En los últimos tres meses, por falta de dinero o recursos, ¿alguna vez algún menor de 18 años en su hogar comió una vez al día o dejó de comer todo un día?"

 

El universo de atención de la Cruzada es también más bajo si tomamos como base la población en pobreza extrema (por ingreso), que en 2010 fue de 21.8 millones personas. Hay que recordar que esta condición se asocia con problemas serios de hambre, ya que el ingreso de esos hogares es menor al necesario para adquirir los alimentos crudos que supuestamente cubrirían sus requerimientos nutricionales.

 

Con estos datos, la Cruzada Nacional Contra el Hambre sólo atenderá a una tercera o cuarta parte de quienes requieren atención prioritaria, pero Peña Nieto les dirá al resto: "Mire usted, sabemos que padece hambre, pero no necesita ayuda." Ello tampoco garantiza que los 7.4 millones que serán atendidos en la Cruzada dejen de tener hambre y que las consecuencias de que la hayan padecido puedan ser superadas.