Las finanzas públicas: desempeño, retos y oportunidades (El Financiero 26/02/13)

Las finanzas públicas: desempeño, retos y oportunidades (El Financiero 26/02/13)

Análisis Calificado / Félix Boni

Martes, 26 de febrero de 2013

Recientemente se publicó el reporte respecto a las finanzas públicas del gobierno federal correspondientes al cierre de 2012 que vuelve a reflejar un responsable manejo de los recursos del sector público. Sin embargo, ciertas áreas merecen atención, entre éstas: el crecimiento en los gastos por pensiones, los ingresos por las exportaciones netas de Pemex y los ajustes a los registros de la deuda, en parte debido al efecto inflacionario sobre la deuda interna indizada.

 

A pesar de estos focos amarillos, las finanzas públicas siguen siendo envidiables en el contexto global. El "Balance Tradicional" (básicamente el gobierno federal y el sector paraestatal) fue deficitario en aproximadamente 2.60 por ciento respecto al PIB estimado para el 2012, aunque ligeramente mayor que el déficit de 2.46 por ciento en 2011, lo que representa una reducción en contra del 2.83 por ciento reportado en 2010.

 

Si agregamos al Balance Tradicional el rubro de "Adecuaciones a los registros presupuestarios", el cuadro resulta un poco más deteriorado. De acuerdo con esta métrica, el balance fue deficitario en 3.12 por ciento del PIB en 2012 (respecto al 2.60 por ciento sin agregar esa cuenta). En 2011 el déficit, sumando las adecuaciones, alcanzaba el 2.70 por ciento del PIB. De la misma forma que el Balance Tradicional, el 2010 resultó el peor de los tres ejercicios fiscales, con un déficit, incorporando los ajustes, del 3.39 por ciento del PIB. La cuenta de las adecuaciones representa cambios en la deuda que no se registran en el Balance Tradicional, tal como el efecto de la inflación. En esta métrica también incluimos los requerimientos financieros de los Pidiregas.

 

Aunque las métricas relativas al balance financiero deficitario fueron mayores en 2012 que en 2011, la deuda se mantuvo sin cambios importantes. Estimamos que al cierre de 2012 la deuda neta del gobierno federal, más el sector paraestatal y los Pidiregas, representó el 32.5 por ciento del PIB de 2012, lo que no implica cambios sustanciales respecto al 32.2 por ciento al cierre de 2011. Favoreció esta estabilidad que el tipo de cambio tuvo un mejor cierre en 2012 respecto al año anterior. El bajo nivel de la deuda, y la estabilidad de la misma, representan una fortaleza económica para México en un mundo (especialmente dentro de las economías "grandes") agobiado por altos niveles de endeudamiento.

 

Un factor que explica parte del incremento del déficit en 2012 fue el avance de los gastos en pensiones. En 2012 estas representaron el 2.37 por ciento del PIB contra 2.32 por ciento en 2011 y 2.26 por ciento en 2010. Los incrementos son importantes, pero no alarmantes, y pensamos que gracias a las reformas efectuadas en años recientes el problema es manejable, por lo menos a nivel nacional.

 

Un problema más serio es el del deterioro en los ingresos petroleros, no sólo por la reducción en ingresos recaudados, sino también por el costo de oportunidad implícito en el que incurre México como consecuencia de no explotar de manera más agresiva los recursos que tiene. El efecto no se vería únicamente en los ingresos directos que entran a las arcas del sector público, sino también en el derrame económico causado por las inversiones en el sector y en la mayor competitividad que ganaría la industria manufacturera por una reducción en precios, aunado a un mayor suministro de gas natural y productos petroquímicos.

 

En cuanto a la evolución de los ingresos petroleros del sector público, durante 2012 estos bajaron con relación al PIB de 7.68 por ciento en 2011 a 7.63 por ciento. Sin embargo, detrás de estos números se esconde un deterioro mayor para la economía nacional que se refleja en la mezcla de los ingresos. Las exportaciones netas de Pemex sufrieron una reducción importante de 40 puntos base respecto al PIB, cayendo de 2.18 por ciento en 2011 a 1.78 por ciento. En contraste, los ingresos extraídos de la economía subieron de 5.50 a 5.85 por ciento. Los ingresos cobrados a la economía representan una reducción en la demanda interna, perjudicando al crecimiento. En contraste, las exportaciones netas representan recursos obtenidos del resto del mundo, y por lo tanto producen un impacto positivo importante.

 

La disminución en las exportaciones netas deriva, en parte, de la reducción de 6.05 por ciento en las exportaciones de crudo en términos de volumen. En contraste, la producción de crudo se mantuvo relativamente estable, sufriendo una caída de apenas un 0.17 por ciento. Sin embargo, el incremento implícito en la producción de crudo disponible para la elaboración de productos para la economía nacional no tuvo el efecto de mitigar el incremento en las importaciones. De hecho, las importaciones, con relación a las exportaciones, siguieron su tendencia al alza. En 2012 las importaciones representaron el 59.6 por ciento de las exportaciones totales de Pemex, mientras que en 2011 representaron el 55.1 por ciento y en 2010 el 52.3 por ciento. La producción debe aumentar para que la relación importaciones/exportaciones cambie su tendencia.

 

Afortunadamente parece que la administración del presidente Peña Nieto reconoce los dos aspectos del problema ya mencionados: la reducción en los ingresos petroleros para el sector público, y el costo de oportunidad de no aprovechar los recursos que tiene México, en un entorno de cambios tecnológicos importantes referentes a la extracción, tanto de petróleo como de gas natural.

 

Otro aspecto negativo en el desempeño de las finanzas públicas durante 2012 se vio con la recaudación de los impuestos tributarios del gobierno federal. Los impuestos sobre los ingresos (principalmente el ISR y el IETU) bajaron respecto al PIB, de 5.29 por ciento en 2011 a 5.16 por ciento en 2012. Por su parte, el IVA bajó de 3.75 por ciento en 2011 a 3.72 por ciento, habiendo alcanzado el 3.85 por ciento en 2010. Parece también que el gobierno del presidente tiene la intención de mejorar la recaudación con reformas fiscales. Ayudando a compensar esta tendencia, observamos la contención de los egresos no-financieros del sector público, los cuales bajaron del 23.41 por ciento del PIB en 2011 a 23.2 por ciento en 2012. Éstos habían alcanzado el 23.52 por ciento del producto en 2010.

 

El manejo de las finanzas sigue destacando por su responsabilidad. Sin embargo, existen algunos problemas que amenazan la sustentabilidad de ese manejo y el crecimiento económico, principalmente la problemática del sector petrolero y la necesidad de mejorar la recaudación de los ingresos tributarios. Afortunadamente, estos problemas han sido reconocidos, manteniéndose como una incógnita la capacidad política para resolverlos.

   

Chief credit officer de HR Ratings, calificadora de valores Comentarios: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla.