Tecnología, clave para reducir riesgos agrícolas (El Financiero 09/04/13)

Tecnología, clave para reducir riesgos agrícolas (El Financiero 09/04/13)

Héctor A. Chávez Maya

Martes, 9 de abril de 2013

Plagas afectan hasta 40% de la producción.

Protección de cultivos ayudará a disminuir la dependencia.

CropLife apremia permisos para el uso de maíz transgénico.

 

Las plagas y enfermedades agrícolas afectan entre 30 y 40 por ciento de la producción de alimentos en el país, por lo que es necesaria la utilización de tecnología agrícola -como fertilización, protección de cultivos y biotecnología- que permita reducir los riesgos y mantener una producción de forma sustentable, consideró Roberto Giesemann.

 

El presidente de la junta directiva de CropLife Latin America dijo que para que México pueda disminuir su dependencia alimentaria -que actualmente es cercana a 50 por ciento- se requiere además la existencia de sistemas de comercialización que beneficien al productor, el acceso al crédito agrícola, y mayor inversión en investigación y desarrollo.

 

Luis Villa, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Fitosanitaria, señaló que a pesar de los retos de aumentar la producción de víveres en el país para atender a 150 millones de habitantes para 2050, la frontera agrícola se está perdiendo debido a las sequías y las malas prácticas agrícolas.

 

Mientras la utilización adecuada de tecnología representa a los hombres del campo entre 5 y 7 por ciento de los gastos de producción, el beneficio es la disminución de las afectaciones hasta en 40 por ciento.

 

En el marco de la presentación del Sexto Foro Internacional CropLife sobre Tecnologías y Potencial Agroalimentario Latinoamericano al 2050 advirtió que las plagas que afectan al campo mexicano, entre éstas HLB, la roya del cafeto, la cochinilla rosada, ácaro rojo, langosta y moko del plátano, serán ya recurrentes debido a las afectaciones por el cambio climático.

 

Alternativa

 

Por ello los especialistas destacaron que una opción será la biotecnología para lograr aumentar la productividad.

 

Lo lamentable es que mientras en el mundo la superficie con cultivos agrobiotecnológicos en 2012 fue de 170 millones de hectáreas, 6 por ciento más que en 2011, en México únicamente se destinan 200 mil hectáreas, 150 mil de las cuales son de algodón y el resto de soya, cuando se tiene un potencial de millones de hectáreas para el maíz.

 

Carlos Buzio, presidente ejecutivo de CropLife Latin America, consideró que en el país se requiere acelerar los procedimientos para permitir el uso de semillas transgénicas de maíz, pues sólo así se logrará la competitividad y disminuir la dependencia de otros países.

 

Giesemann confió en que las autoridades mexicanas concluyan la evaluación de las solicitudes para la siembra de maíz transgénico y que sea positiva.

 

Y aunque reconoció que hay procesos, reglas y experimentos que cumplir, dijo que es urgente una definición, pues no se puede estar satisfecho con los niveles nacionales de productividad.