El Tratado de Libre Comercio entre América del Norte y la Unión Europa (El Financiero 15/04/13)

El Tratado de Libre Comercio entre América del Norte y la Unión Europa (El Financiero 15/04/13)

Carla Hills / Jaime Serra / Michael Wilson

Lunes, 15 de abril de 2013

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· Artículo de Jaime Serra, Carla Hills y Michael Wilson

Se han cumplido 20 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Canadá, México y Estados Unidos, y por ello es apropiado evaluar el impacto que ha tenido en las tres economías y considerar si es posible lograr aún más.

 

 

El área de libre comercio de América del Norte se ha convertido en una región competitiva, con economías altamente integradas. Las conexiones económicas crecientes entre las tres naciones han posicionado a la zona para establecer nuevos acuerdos con socios comerciales más allá de las fronteras de América del Norte. El tratado comercial con la Unión Europea (UE) se presenta hoy como una excelente oportunidad para incrementar el crecimiento económico y la prosperidad de América del Norte y de Europa.

   

Integración económica de América del Norte y competitividad

 

Durante las últimas dos décadas, la integración económica entre Canadá, México y Estados Unidos ha aumentado sustantivamente. Desde la entrada en vigor del TLCAN, los flujos comerciales intrarregionales se han cuadruplicado, con un dinamismo particular en el comercio manufacturero. Los flujos de inversión extranjera en la región son casi cinco veces lo que fueron antes del tratado, tanto para manufacturas como para servicios.

 

Adicionalmente, ha habido una notable convergencia macroeconómica entre las tres economías. La inflación y tasas de interés de corto plazo en México -que eran dramáticamente diferentes a principios de los años noventa- han convergido a los niveles de Estados Unidos y Canadá. La volatilidad de los tipos de cambio del dólar canadiense y el peso mexicano, con respecto del dólar estadounidense, ha sido muy similar, bajo un régimen de libre flotación en ambas economías.

 

Los ciclos económicos de los tres países están fuertemente correlacionados, en especial los de producción industrial y manufacturera. Han emergido cadenas de producción integradas entre las tres economías. Las tres naciones no sólo se venden productos entre sí, sino que producen conjuntamente. Por cada dólar que Canadá y México exportan a Estados Unidos hay 25 centavos de insumos estadounidenses en los bienes provenientes de Canadá y 40 centavos en los bienes procedentes de México. En las exportaciones chinas, por ejemplo, ese contenido estadounidense es de apenas cuatro centavos.

 

El tiempo que tardan las transferencias de tecnología en incrementar la productividad laboral ha disminuido significativamente. Adicionalmente, las empresas han invertido en centros de investigación y desarrollo tecnológico en toda la región.

 

Esta creciente integración económica ha posicionado a América del Norte como una de las regiones más competitivas del mundo. Más allá de las economías de escala que la región le ofrece a las empresas, existen claras sinergias y complementariedades entre los tres países que ofrecen un entorno económico muy atractivo.

   

Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP)

 

Recientemente, Canadá y México se incorporaron a las negociaciones comerciales del TPP. Esto representa una oportunidad sin precedentes para que los gobiernos del TLCAN busquen mejorar aún más la competitividad de América del Norte y su acceso a mercados en crecimiento de Asia y del hemisferio occidental. Las negociaciones también servirán como un foro para revisar nuevos temas comerciales que no estaban sobre la mesa cuando el TLCAN se negoció. Nuestros tres gobiernos deberían aprovechar las negociaciones del TPP para disminuir el llamado "síndrome del spaghetti": hoy existen ocho acuerdos comerciales bilaterales entre nuestros tres países y participantes en la negociación del TPP. Estos tratados podrían reemplazarse por un único acuerdo regional, minimizando así costos relacionados con las reglas de origen y con procesos burocráticos fronterizos. Mientras los tres gobiernos promueven mayor apertura comercial en el marco del TPP, los negociadores de América del Norte deben buscar oportunidades para coordinar sus posturas y maximizar los beneficios de nuestra región.

   

Tratado de libre comercio TLCAN-UE

 

La Unión Europea y Estados Unidos han anunciado su disposición de negociar un tratado de libre comercio. Ampliar la propuesta de negociación para incluir a las tres economías del TLCAN crearía una oportunidad mucho mayor, que sería única e histórica. Un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y América del Norte sería mucho más eficiente que tener tres tratados bilaterales. México ya cuenta con un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, y Canadá está en la etapa final de sus negociaciones. Un tratado único a lo largo del Atlántico reduciría los costos de transacción implícitos en las reglas de origen y en los tratos arancelarios diferenciados, que incrementaría la competitividad de América del Norte. Esta disminución de costos de transacción también multiplicaría las oportunidades para pequeñas y medianas empresas, que son la columna vertebral de la generación regional de empleos. En resumen, una iniciativa transatlántica fortalecería a la región de América del Norte incrementando el acceso a más mercados, reduciendo costos de transacción y creando empleos.

 

El futuro de la región de libre comercio de América del Norte es prometedor y podría serlo aún más. Basado en los beneficios económicos creados por el TLCAN, el trabajo conjunto de las tres naciones de América del Norte, en su búsqueda de un tratado de libre comercio con la Unión Europea, podría crear nuevas oportunidades comerciales que generarían beneficios económicos adicionales y sustantivos para los ciudadanos. Es el momento de hacerlo. Nuestros tres gobiernos no deben dejar pasar esta oportunidad.

   

Los autores dirigieron las negociaciones del TLCAN para Estados Unidos, México y Canadá, respectivamente