Se agrava el estancamiento de la competitividad de los estados en el país (El Financiero 25/04/13)

Marcela Ojeda Castilla

Jueves, 25 de abril de 2013

Luego de más de tres décadas de estancamiento, en los últimos seis años la competitividad de los estados de la República no sólo retrocedió ligeramente, sino que acentuó aún más la diferencia entre las regiones norte y sur de México.

Los resultados del Índice de Competitividad Sistémica elaborado por la firma de consultoría aregional.com (ICSar) señalan que mientras en 2006 la competitividad promedio de las entidades federativas era de 46.93 puntos, al cierre de 2012 ésta se redujo 21 décimas, a 46.72 unidades.

Esto, debido fundamentalmente a la gran diferencia que existe entre la entidad mejor calificada -el Distrito Federal, con 80 puntos- y el resto de los estados -donde Oaxaca y Chiapas tienen los menores grados de competitividad, con 33 y 15 puntos, respectivamente.

"Lo anterior refleja que la disparidad al interior del país sigue igual que hace seis años: un norte desarrollado y un sur-sureste prácticamente en la cola, en términos de desarrollo social y económico", indicó Maritza Rosales Reyes, directora de Desarrollo Regional y Competitividad de aregional.com.

Añadió que también se traduce en un sexenio perdido, en el sentido de que muchos de los indicadores empeoraron, como los de calidad de vida y bienestar social, con un incremento en la pobreza y en la inseguridad pública, factor este último que ya ha tenido un efecto claro en Chihuahua y Tamaulipas.

Rosales Reyes enfatizó que los resultados del ICSar 2012 revelan la necesidad de retomar la planeación integral de mediano y largo plazos, con objetivos y metas claras que permitan, por un lado, resolver los problemas estructurales del país.

"Esto es educación, infraestructura, competencia en sectores económicos clave, procuración de justicia y seguridad pública, así como financiamiento a la actividad productiva y una alta incidencia de la pobreza", señaló la especialista.

Por otro lado, la planeación deberá dotar a las regiones más rezagadas de una mayor capacidad para aprovechar sus recursos naturales e incrementar su productividad.

"El diseño de una agenda con enfoque territorial debe incluir, en todo momento, la participación de la sociedad civil y de todos los involucrados, como los tres niveles de gobierno, la academia, empresas y trabajadores, para promover la competitividad de las regiones", apuntó.