Queda País lejos del auge del gas (Reforma 23/07/13)

Queda País lejos del auge del gas (Reforma 23/07/13)

Por Alejandra López

Cd. de México México (23 julio 2013).-   Hace 10 años, Estados Unidos tenía una balanza de petroquímicos deficitaria, al igual que México, pero ahora, con el auge de su gas shale se ha asegurado un suministro de ese insumo clave para la industria que le detonará inversiones por 71 mil 700 millones de dólares de aquí a 2020.

 

México, a diferencia, depende en este sector de las alianzas que las empresas privadas puedan lograr con Pemex Petroquímica, las cuales requieren largos y complejos procesos de autorización en la paraestatal.

 

Al cierre de 2012, el superávit de la balanza de petroquímicos en Estados Unidos fue ya de 800 millones de dólares, según datos del Consejo de Química Americana (ACC, por sus siglas en inglés).

 

En contraste, México alcanzó un déficit récord de 19 mil millones de dólares, revelan datos de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ).

 

El gas natural es el principal insumo del sector químico y petroquímico, pero en el País no hay suministro confiable y en el pasado registró altos precios que derivaron en cierres de plantas de Pemex, además de que México se fue haciendo más dependiente de las importaciones.

 

En cuanto al gas shale, que es gas natural contenido en depósitos de esquisto, México tiene apenas siete pozos exploratorios perforados que tienen la función de determinar el potencial de cinco cuencas, en las cuales se tiene un estimado de 291 billones de pies cúbicos de gas natural.

 

En cambio, Estados Unidos tiene recursos por 665 billones de pies cúbicos repartidos en 19 cuencas, de las cuales una es transfronteriza con México, Eagle Ford.

 

Fue con la explotación de estos recursos que a partir de 2008 los precios del hidrocarburo comenzaron a descender y algunas cadenas como la del etileno (para la producción de plásticos) se volvieron más rentables.

 

También fue cuando Pemex comenzó a explorar alianzas con empresas privadas.

 

El primer intento de alianza fue el proyecto Fénix, en el Gobierno de Vicente Fox, pero la Secretaría de Hacienda se negaba a que Pemex diera un contrato de suministro de largo plazo e invirtiera en petroquímica.

 

Fue hasta el inicio del sexenio de Felipe Calderón cuando se retomó el plan y se logró un contrato de largo plazo de etano (materia prima del etileno) con la brasileña Braskem y la mexicana Idesa, que invierten 3 mil 200 millones de dólares en una planta que arrancará en el 2015 para producir polietileno.

 

Otra alianza de Pemex la pactó con Unigel en 2006 para reactivar la cadena de acrilonitrilo en el complejo Pajaritos, con una inversión de 90 millones de dólares.

 

En 2007, Pemex firmó el contrato para proveer amoniaco y propileno, pero tardó dos años en operar.

 

La última asociación fue acordada con Mexichem en 2011 para vincular la cadena cloro-sosa y producir cloruro de vinilo, pero no fue aprobada hasta enero de 2013, luego de que la compañía amagó con llevarse su inversión de 556 millones de dólares a otro país.

 

La demora en la revisión de distintos comités y el veto del Sindicato Petrolero, porque se ocuparían menos trabajadores de los que se tienen en esas plantas, fueron las causas del retraso.

 

Miguel Benedetto, director de la ANIQ, se pronunció por aprovechar la reforma energética para liberar completamente la exploración y producción de gas natural y detonar a la industria química y petroquímica, cuya participación en el PIB ha caído de 4.0 a 1.6 por ciento en 10 años.

  

En Benchmark, Jorge A. Meléndez escribe:

El fracaso del gas

   

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