Consumo básico, el sector menos golpeado por la crisis (El Financiero 30/010/09)

Consumo básico, el sector menos golpeado por la crisis (El Financiero 30/010/09)

Andrés Vernon

Viernes, 30 de enero de 2009

Los problemas de la banca tienen sobre la mesa la posibilidad de nacionalizaciones masivas.

 

· SECTORES MENOS GOLPEADOS

A más de año y medio del inicio de la peor crisis financiera en décadas, no puede hablarse de sectores ganadores, sino de cuáles han sido más golpeados en todo el mundo. Entre los subíndices sectoriales del S&P Global 1200, la menor baja -entre el cierre de mayo de 2007 y el de la semana pasada- fue de 24.3 por ciento, correspondiente al sector de consumo básico.

 

Naturalmente, el sector con mayores pérdidas corresponde al que detonó la crisis: el financiero, que en ese lapso presenta una caída en el valor de sus acciones de 71.8 por ciento. En los sectores restantes, las pérdidas varían de 28.5 por ciento en el caso de salud hasta 53 en consumo discrecional, que abarca industrias como construcción residencial, aviación, automotriz y entretenimiento.

 

En el caso de las empresas estadounidenses que conforman el índice S&P 500, la utilidad operativa por acción bajó, en promedio, 26 por ciento entre el cuarto trimestre de 2006 y el mismo periodo del año pasado.

 

La baja fue encabezada, nuevamente, por el sector financiero, que pasó de fuertes ganancias a pérdidas masivas, aunque Standard & Poor's estima que en el cuarto trimestre quedó en cero. Por su parte, el sector de consumo discrecional resintió una baja en su utilidad operativa de 26 por ciento, mientras que el de materiales (que incluye insumos de producción y materiales de construcción) descendió 56.5 por ciento en ese periodo.

 

Los sectores con menores caídas en el precio de sus acciones, salud y consumo básico, registraron un alza en su utilidad operativa de 35.4 y 18.7 por ciento, respectivamente, entre el cuarto trimestre de 2006 y el mismo periodo del año pasado. Telecomunicaciones y servicios públicos también presentó alzas en ese lapso. Todos ellos comparten la característica de ser productos y servicios de primera necesidad y, por ende, la baja en su capitalización bursátil refleja una mayor percepción de riesgo en general más que un desempeño operativo negativo.

 

Por lo pronto, es difícil divisar cuál será la tendencia que seguirán los diversos sectores en el corto plazo. En el caso de Estados Unidos, el desequilibrio externo del país augura la necesidad que crezcan en el mediano plazo las industrias con potencial exportador, incluyendo los sectores industrial, de materiales, bienes duraderos y tecnologías de la información, algo que sólo sucederá si los países asiáticos y europeos actúan con determinación para estimular su consumo.

 

Sin embargo, en el corto plazo ese ajuste parece complicado. Nouriel Roubini, de Roubini Global Economics, augura que en 2009 los mercados bursátiles seguirán a la baja en la medida en que una fuerte desaceleración en la economía de China reducirá la demanda de productos primarios, energía e industriales.

 

La misma Standard & Poor's pronostica que la utilidad operativa de estos sectores bajará entre 6.3 por ciento (industriales) y 19.1 por ciento (energía) en el caso de las integrantes del estadounidense S&P 500.

 

En cuanto al sector financiero, se espera que en 2009 pase de números rojos a negros, aunque con una utilidad operativa que sólo llegará al 44 por ciento del nivel alcanzado en 2006. Esta percepción parece muy optimista en la medida en que los persistentes problemas de la banca están llevando a una discusión seria en varios países sobre la posibilidad de nacionalizaciones masivas.

 

En todo caso, es poco probable que las empresas financieras regresen pronto a sus días de gloria. Por ejemplo, entre 1988 y 1997 el sector financiero aportó 28 por ciento de las utilidades corporativas totales en Estados Unidos, y entre 1948 y 1986 esa participación promedió sólo 16 por ciento.

 

En cambio, entre 1998 y 2007 ese promedio subió a 35 por ciento, e incluso llegó a un máximo histórico de 45 por ciento en 2002. Una reversión al promedio de 1988 y 1997 implicaría una larga y lenta recuperación de la rentabilidad del sector, que pesará sobre el valor de sus acciones.