Restricciones de liquidez en América Latina (El Financiero 09/02/09)

Restricciones de liquidez en América Latina (El Financiero 09/02/09)

Del IMEF para EL FINANCIERO / Gerardo Cruz Vasconcelos *

Lunes, 9 de febrero de 2009

Los formidables rescates financieros emprendidos por los gobiernos de los principales países industrializados podrían congestionar los mercados globales de crédito.

 

Basta señalar que sólo el gobierno de George W. Bush destinó 700 mil millones de dólares a ese propósito, y aún está por precisarse el monto adicional que Barack Obama destinará al impulso de la economía.

 

Al respecto, una estimación indica que el gobierno de EU colocará alrededor de dos billones de dólares de bonos gubernamentales en los mercados globales.

 

A principios de diciembre de 2008, un grupo de economistas que integran el llamado Shadow Financial Regulatory Committee ya habían señalado que las enormes necesidades de financiamiento de EU en 2009 podrían secar el crédito para la colocación de bonos gubernamentales emergentes.

 

En el comité aludido participan diversos exministros de finanzas y exgobernadores de bancos centrales de América Latina.

 

De acuerdo con cálculos recientes, las necesidades de financiamiento externo de los gobiernos de América Latina ascenderían alrededor de 250 mil millones de dólares en 2009. A ello habría que agregar las necesidades de las empresas privadas de la región.

 

El problema esencial es que no existe mundialmente una organización -incluidos el Fondo Monetario Internacional y otros organismos multilaterales- capaz de garantizar la escala de recursos que requerirán los países de América Latina en 2009.

 

Incluso, hay opiniones demasiado pesimistas, como la de Guillermo Calvo, profesor de la Universidad de Maryland y experto en finanzas internacionales, que indica que ante una eventual carencia de crédito para América Latina, los gobiernos de la región tendrían que elegir entre dos opciones indeseables:

 

Un ajuste fiscal de considerables proporciones o la recurrencia a medidas en extremo distorsionantes, como los controles de capitales.

 

La opinión citada nos parece, por lo pronto, exagerada. Sin duda, la competencia entre gobiernos por obtener recursos crediticios en 2009 será significativa, pero mucho dependerá de los rendimientos ofrecidos por los valores gubernamentales en competencia.

 

Lo que esto implica es que los recursos crediticios serán caros y escasos, y que las operaciones de refinanciamiento de deudas gubernamentales y privadas serán una característica de las finanzas internacionales en 2009.

 

Anticipar que esta opción es inviable, y que en algunos países de América Latina pudiesen ocurrir defaults de deuda soberana es ir demasiado lejos.

 

Pero una cosa es clara: el crédito externo para los países emergentes será limitado, debido a las necesidades de financiamiento de EU y de otras naciones industrializadas en 2009.

 

Al respecto, si a las necesidades de EU se agregan las de otros países desarrollados, el total ascendería a cerca de tres billones de dólares el año próximo.

 

En el caso de México, la situación para las empresas se caracterizará por una creciente emisión de valores gubernamentales, que competirá con las colocaciones de recursos de las empresas en el restringido mercado de crédito en pesos.

 

Incluso, a pesar de los loables esfuerzos de instituciones como Nafin y Bancomext, las necesidades de liquidez de las empresas -sobre todo en el corto plazo- muy probablemente continuarán superando a la oferta de recursos crediticios.

 

Lo que no debe ocurrir es que el gobierno desplace por completo al sector privado del mercado de crédito.

   

* Miembro del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF