Urge terminar con las políticas de subsidio a fondo perdido: Sagarpa (El Financiero 02/03/09)

(Héctor A. Chávez Maya)

Lunes, 2 de marzo de 2009

La Secretaría de Agricultura continuará buscando posicionar al financiamiento como eje del sector, por lo que es necesario conocer a fondo el mercado, para luego determinar las inversiones que se requieren y así alcanzar metas de corto y largo plazo.

Jeffrey Max Jones Jones, subsecretario de Fomento a los Agronegocios de la dependencia, explicó que es necesario terminar con las políticas de subsidio a fondo perdido y pasar a una de financiamiento para lograr los objetivos que se tienen en el sector, aunque reconoció que este proceso no será fácil.

En el ejercicio de planeación se busca desahogar lo que puedan hacer los mismos productores para su desarrollo; posteriormente, lo que se pueda hacer en materia de crédito y financiamiento, y por último los apoyos del gobierno.

Señaló que en el análisis de los últimos años se ha demostrado que los tiempos en que mejor se ha detonado al campo no ha sido cuando el gobierno mete mayores recursos en programas como de subsidio de precios, sino cuando hay mayor inversión en infraestructura sanitaria, caminos rurales, esquemas de financiamiento y, en general, bienes a los que tienen acceso todos los productores y que no están etiquetados con nombre y apellido.

Jones, quien recientemente participó en la Segunda Convención de Financiamiento Especializado en México, indicó que mientras en 2007 el crédito en el sector fue de alrededor de 75 mil millones de pesos, en 2008 aumentó a cerca de cien mil millones, y se espera que en 2009 se supere por mucho esa cantidad.

Destacó que debido a la política de financiamiento del pasado, en 1995 la cartera vencida en el sector agropecuario llegaba a 45 por ciento, y actualmente es menor a 4 por ciento.

Tan sólo a través del Fondo Nacional de Garantías de los Sectores Agropecuario, Pesquero, Forestal y Rural (Fonaga), hasta el 19 de febrero se habían detonado diez mil 508.56 millones de pesos en crédito, de los cuales 77 por ciento corresponde a líneas de avío y el restante 23 por ciento a refaccionarios.