Reflexiones sobre la crisis (El Financiero 02/03/09)

Reflexiones sobre la crisis (El Financiero 02/03/09)

Araceli Damián*

Lunes, 2 de marzo de 2009

La discusión que los políticos y "formadores de opinión" al servicio de los medios masivos de comunicación (sobre todo de radio y televisión) hacen sobre la actual crisis se ha caracterizado por su pobreza en el análisis. No pasa de alusiones al catarrito, la pulmonía, etcétera.

 

Hace falta en México una reflexión seria sobre cómo debe conducirse la crisis, cuáles deben ser las transformaciones institucionales y sociales para lograr salir de ésta con un Estado más fuerte y con mayor capacidad para resolver los problemas de desigualdad y pobreza.

 

Ésta fue una de las conclusiones del ciclo de conferencias La crisis capitalista mundial actual, organizada por la Fundación Heberto Castillo, que inició el jueves pasado con la mesa "Orígenes, causas, desarrollo y consecuencias. ¿Qué hacer?", y en la que participaron Víctor Flores Olea, Arturo Guillén Romo y Pablo Yanes.

 

Flores Olea hizo un repaso de los principales acontecimientos en Estados Unidos que detonaron la crisis actual. Ubicó el inicio de la crisis con la decisión de Ronald Reagan de remover, en 1987, a John Volcker de la Reserva Federal de EU. Éste había logrado controlar la inflación de la crisis de los setenta (al bajarla de 11 a 4 por ciento anual) y había mantenido una política de control de las instituciones financieras.

 

En su lugar entró Alan Greenspan, quien liberó el mercado financiero y permitió que se formaran las dos burbujas financieras más importantes de los últimos años: la de la informática, que estalló en 2000 y provocó una fuerte caída del Nasdaq, y la inmobiliaria, que explotó el año pasado y cuyas consecuencias finales aún no podemos prever.

 

Mencionó también que la desregulación convirtió al sistema financiero en un casino, lo cual fue alentado por la administración Bush al reducir la tasa impositiva a las ganancias provenientes de las transacciones financieras. Absurdamente, este sector tenía tasas más bajas que las que se pagaban en el sector real de la economía, el cual, a final de cuentas es el sustento del sector financiero.

 

Asimismo citó el maquillaje que hicieron a la contabilidad de las grandes empresas los altos funcionarios, quienes tenían un fuerte incentivo para hacerlo, ya que se les pagaba con acciones de esas mismas compañías.

 

Una de las características de la actual crisis es que se perdió la confianza en los mercados financieros, lo que dificultará la posible recuperación económica. Aunque Flores Olea reconoce que el programa económico del presidente Obama tiene aspectos positivos, le preocupa que en su gabinete estén los mismos funcionarios que estuvieron en el origen de la presente crisis.

 

El más emblemático de ellos es Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, quien es un ferviente admirador de Milton Friedman, que estaba convencido de que todo se resuelve con política monetaria, principio que mostró ser falso en esta crisis.

 

Arturo Guillén mencionó las dos grandes mentiras sobre la crisis pregonadas por políticos y formadores de opinión de los medios masivos en México: que ésta es una crisis de "afuera" y que México tiene una economía fuerte y, por tanto, sus consecuencias no serán de gran relevancia.

 

Guillén ubica los inicios de la actual crisis en los años setenta, cuando el capitalismo se ve envuelto en una de sus grandes crisis, se rompen los acuerdos de Breton Woods, y posteriormente con la guerra de Vietnam, en la que queda claro que Estados Unidos empieza a perder importancia estratégica en el mundo.

 

La respuesta del capitalismo fue lograr una alianza de los grupos estratégicos, con la imposición del Consenso de Washington, que buscaba mediante la globalización y la implantación del neoliberalismo recuperar la caída de la tasa de ganancia que se observó en todo el orbe en los setenta.

 

Pone de ejemplo cómo mediante las políticas que derivaron de ese acuerdo, los rendimientos financieros lograron tasas de 14 por ciento, lo que representa un nivel cuatro veces más alto que el observado antes de los años setenta.

 

Guillén coincidió en diversos aspectos con Flores Olea, sobre todo en la necesidad de regular los mercados financieros y nacionalizar la banca, ya que los problemas que están presentándose en la economía real no lograrán ser superados con los programas de rescate bajo los esquemas en que se están operando.

 

Pablo Yanes explicó que la actual crisis responde a una desvalorización de la fuerza de trabajo, una expansión de la demanda de bienes de consumo, mediante endeudamiento de familias y empresas, y una mayor concentración monopólica del capital.

 

Hizo hincapié en que la actual crisis no es un problema de regulación de mercados, sino del modelo de producción, que debe ser revisado.

 

Por problemas de espacio, dejo para la próxima semana la descripción de las interesantes y profundas propuestas de transformación que requiere México desde la perspectiva de Yanes.

 

Los invito a asistir a las dos mesas restantes del ciclo que se llevarán a cabo en el Centro Cultural Veracruzano (Miguel Ángel de Quevedo 687, Coyoacán), a partir de las seis de la tarde del próximo jueves, con el tema "Especificidad de esta crisis, ¿son válidas las explicaciones marxistas", en la que participarán Luis Arizmendi, Armando Bartra y Julio Boltvinik, y el jueves 12 a la mesa "Consecuencias económicas y sociales en México ¿qué hacer?", con la participación del Mario di Costanzo, Gerardo Esquivel y una servidora.