Competencia desleal con empresas foráneas, acusa el sector lechero (El Financiero 03/06/09)

Héctor A. Chávez Maya

Miércoles, 3 de junio de 2009

El Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche manifestó hoy su preocupación por la baja en los precios internacionales del alimento, los excedentes del lácteo en Europa y la quiebra de empresas sociales del ramo en México.

Su presidente, Álvaro González Muñoz, expuso que el problema se agrava debido a que nuestras autoridades tienen preferencia por importar leche en polvo, en lugar de apoyar a los productores nacionales, estableciendo precios que sean rentables para la economía de los pequeños y medianos ganaderos.

Para este año se ha programado importar 200 mil toneladas de leche en polvo, que equivalen a una tercera parte del volumen que se produce en el país.

Mientras, los ganaderos lecheros se ven obligados a tirar alrededor de dos millones de litros diarios por falta de mercado y de precios que les permitan recuperar los costos.

Al mismo tiempo, alertó, en México existe la presión de las empresas transnacionales Fonterra y Nestlé, que quieren controlar el mercado mundial monopolizando la producción y comercialización de leche, especialmente en polvo.

En todos los países donde se enfrentan problemas de comercialización, por ejemplo Bélgica y Francia, los productores, sin distinción, reciben precios por arriba de cinco o seis pesos por litro de leche puesta en sus establos, a diferencia de lo que ocurre en México, donde se les pagan de tres a 4.50.

"Consideramos injusto que si otros gobiernos otorgan altos subsidios a sus productores, el de México permita la importación a precios bajos y subsidiados de leche de baja calidad, lo que se convierte en una competencia desleal."

Acerca de los excedentes del alimento en el mercado internacional afirmó que son de la peor calidad y que llegan a México en polvo sin ningún control sanitario.

Por si fuera poco, aseguró, en el mercado nacional empresas comercializadoras y tiendas de autoservicio fabrican sus propias marcas de leche, elaboradas a base de sueros y de otros productos, como "grasas trans", cuya venta está prohibida en los países de origen.