Innecesaria, una reforma fiscal cuando hay otras prioridades (El Financiero 05/06/09)

Innecesaria, una reforma fiscal cuando hay otras prioridades (El Financiero 05/06/09)

Carlos Alberto Martínez

Viernes, 5 de junio de 2009

Ahora que la situación económica empeora cada vez más y el famoso catarrito se ha convertido en una verdadera pulmonía, las voces de empresarios, algunos analistas cortoplacistas y políticos oportunistas, comienzan con la cantaleta de siempre: se requiere una reforma fiscal.

 

Para mayor abundamiento argumentan, por lo fácil y simple, la generalización del IVA en alimentos y medicinas, como si el tema de este impuesto representara la salida a todos nuestros males.

 

Para este año, la economía mexicana será la que peor desempeño tendrá en todo el continente y la más baja de los países miembros de la OCDE.

 

Nuestro país decrecerá 6.6 por ciento, a lo que debe sumarse 1.8 por ciento que mediocremente habíamos crecido el año pasado; por tanto, México habrá decrecido menos 8.4 por ciento para diciembre.

 

Este magro desempeño requiere acciones de mucho más fondo que la simple y redundante salida de los impuestos.

 

Seguir pidiendo que, por el lado de los impuestos, se saque al país adelante es ignorar la realidad, no sólo económica, sino política.

 

Por ejemplo, con la estructura que el Estado mexicano tiene, caracterizada por gobiernos divididos, falta de controles al Poder Ejecutivo, sin un jefe de Estado distinto al de gobierno y el poder de veto al presidente, es imposible llegar a una reforma fiscal adecuada, y lo que sí se puede lograr es seguir poniendo parches a nuestro esquema tributario.

 

Esto explica el porqué en México para registrar a un hijo, a un ser humano, se requiere una firma y para hacer una declaración fiscal de rutina cuatro: CIEC, FIEL, FEA y ahora el ridículo de la CIEC "fortalecida", que por cierto se deben sacar con cita previa en las instalaciones tributarias y perder horas en ello.

 

También, esto explica el porqué para una declaración mensual simple se requieren para una persona física cuatro contabilidades: IVA, ISR, IETU y DIOT; y para una empresa nueve, incluido IMSS e Infonavit.

 

Lo anterior revela por qué en México existen dos impuestos casi idénticos aplicados a lo mismo: ISR e IETU.

 

Hay que dejar en paz, por un rato, a la Secretaría de Haciendo y al H. Congreso de la Unión, soñando que por el lado de los impuestos el país se convertirá en uno de Primer Mundo.

 

Mejor hay que pedir que el gobierno gaste y lo haga bien, y con transparencia. Por el lado del gasto, hay mucho por hacer, cientos de viajes al extranjero de funcionarios públicos, a ver las mejores prácticas que no aplican en México, pueden ser un ahorro extraordinario.

 

El gobierno anterior se quejaba, y quizás con razón, de no tener el apoyo de senadores y diputados para impulsar las reformas estructurales. Este gobierno puede hacer todo menos quejarse de falta de apoyo por parte del H. Congreso.

 

A pesar de no tener mayoría, esta Legislatura le ha dado todo el apoyo e instrumentos al presidente de la República para aprobar sus propuestas.

 

Uno no se explica el porqué, si el gobierno quiere sacar a México de esta recesión, sólo por el lado del gasto, no haya publicado las reformas a las leyes de obras y adquisiciones que le aprobaron hace semanas, para facilitarle gastar sin tantos controles anticorrupción.

 

La concentración debe de estar en otros frentes. Tener un sistema de procuración de justicia, de aplicación de las leyes y una policía eficiente puede hacer mucho más por la economía que 20 reformas fiscales y todos los IVA del mundo.

 

Acabar de una vez por todas con los monopolios y oligopolios que hay en los sectores regulados -financiero, energético y telecomunicaciones- es más útil para la economía que el IETU. Tener una legislación laboral moderna acorde al siglo XXI tiene mucho más impacto en la economía que el IEPS.

 

Fortalecer al Poder Judicial y la policía, aplicar las leyes, evitar que sólo cuatro bancos ostenten 80 por ciento del mercado bancario en México, que haya monopolio en gas, luz, diesel y gasolinas, y que los teléfonos y la televisión sean también monopolios, es algo mucho más profundo que la ya aburrida discusión del IVA.

 

Esta situación de crisis grave que se prolongará hasta 2010 requiere enfrentar los verdaderos retos de México. Hay que fortalecer el mercado interno que no existe.

 

Aplicar una política industrial eficiente es indispensable. Dotar a los jueces de mayores elementos para que hagan justicia es algo que ya no puede esperar. Fortalecer a la Comisión Federal de Competencia y que ésta haga su trabajo es algo que ya no puede esperar.

 

Aprovechar la fuerza del Congreso en lo útil y de largo plazo es lo inteligente. Pedirle al gobierno más eficiencia y audacia para aplicar medidas contracíclicas correctas es lo que se requiere.

 

México necesita discusiones de fondo y largo plazo. México no necesita a empresarios pidiéndole, como desde hace décadas, a su papá el gobierno que lo saque adelante y no necesita a un gobierno que se escuda en la incompetencia económica, basada en pobres explicaciones de falta de recursos.