Es conveniente cambiar el modelo económico de México (El Financiero 31/07/09)

Es conveniente cambiar el modelo económico de México (El Financiero 31/07/09)

Carlos Alberto Martínez

Viernes, 31 de julio de 2009

En el contexto actual de recesión económica surgen voces que piden cambiar el modelo económico de nuestro país.

 

El desempleo, la inflación, la falta de políticas económicas contracíclicas, los recortes presupuestales y las recientes elecciones son los argumentos que sirven de base para que muchos pidan la redefinición del modelo económico.

 

Sin embargo, estas voces ignoran dos elementos fundamentales: el primero, que México no tiene modelo económico, por tanto, no es claro saber qué se quiere cambiar con precisión.

 

El segundo, la composición del sistema político, que hace imposible pensar en cambiar o siquiera establecer cualquier modelo, ya sea económico e incluso de justicia.

 

Nuestro país ha pretendido, desde el sexenio de Miguel de la Madrid -1982-88-, tener un modelo de liberalismo económico y apertura comercial.

 

Sin embargo, éste no se ha aplicado a plenitud, por lo que cambiar algo que aún no se tiene suena más a demagogia que a una verdadera propuesta. Para muestra algunos ejemplos:

 

Tenemos monopolios en áreas estratégicas como servicios financieros, telecomunicaciones y energía; una economía altamente regulada, lo que hace casi imposible abrir una empresa; el sistema tributario está concentrado en el Poder Federal y posee un sinnúmero de impuestos que elevan en demasía la carga fiscal, y no existe garantía plena en la Constitución de la propiedad privada.

 

Esto no hace de México una economía de libre mercado, por lo que habría que ver qué es lo que se quiere cambiar. También, el sistema político mexicano está diseñado para la concentración de los poderes Ejecutivo y Legislativo en un solo partido político, que además tuviera el apoyo casi incondicional del Judicial.

 

Estas características que se tuvieron en el pasado hoy en día no se tienen. En esta lógica y en un escenario de gobierno divido -Poder Ejecutivo en un partido y Legislativo en otro-, es imposible hacer cambios de fondo en cualquier materia, ya que los partidos políticos buscan mantener el status quo para seguir subsistiendo.

 

Es más conveniente proponer que el sistema político se adapte a su nueva realidad y, entonces sí, comenzar a discutir las reformas de fondo que la nación necesita.

 

Durante toda su historia, México ha tenido todos los modelos económicos que existen en la teoría y práctica económica. Ha tenido una economías cerrada, abierta, orientada a la exportación de crudo, controlada por el Estado, basada en deuda externa, con tintes socialistas, de apertura, de liberalismo, populista, etcétera.

 

El error quizás versa en torno a que cada seis o 12 años se quiere inventar el modelo adecuando. Es probable que varias de estas visiones económicas hubieran dado frutos, pero nunca se les permitió demostrar sus bondades, porque eran cambiados constantemente.

 

Las naciones requieren madurar sus propuestas económicas y que éstas se enraícen en lo social, lo político y lo cultural, para entonces demostrar tasas de crecimiento sostenido. Esto nunca ha ocurrido en la historia económica de México.

 

En la actualidad, la recesión económica debería ser el motivo que impulse un acuerdo nacional para promover un cambio del modelo político.

 

Esta posibilidad permitiría decidir hacia adelante lo que se requiere en todos los órdenes. La concentración del esfuerzo debe estar en los temas sociales pendientes y que ya no pueden esperar.

 

Igualmente, establecer el nuevo modelo de organización política, ayudará de una mejor forma al crecimiento económico y la generación de empleo.

 

Inventar México y su economía a cada rato no nos llevará a nada nuevo si no se cambian las bases estructurales.

   

Investigador y socio de IDN Consultoría Correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla.