Fallaron los cálculos sobre la magnitud de la crisis: Gurría (El Financiero 26/08/09)

Fallaron los cálculos sobre la magnitud de la crisis: Gurría (El Financiero 26/08/09)

Ivette Saldaña /

Miércoles, 26 de agosto de 2009

México vive el peor "shock financiero" en 70 años.

Sugiere ajustar el gasto en inversiones.

Urge reforma fiscal; recuerda que a él se la bloqueó el PAN.

 

· A México le fallaron los cálculos: Gurría

A México, igual que a otros países, le fallaron los cálculos sobre la magnitud de la crisis económica, admite el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño, quien asevera que nuestro país vive el peor "shock financiero", no de las últimas tres décadas, sino de los últimos 70 años.

 

En entrevista exclusiva con EL FINANCIERO considera que a fin de enfrentar esa situación, el presupuesto público de 2010 para México debe considerar un recorte, pero no en el gasto corriente, sino en inversiones, porque son recursos identificables y "bultosos", así como tener continuidad en los programas de protección al empleo, salud y educación, y en general para los sectores más vulnerables.

 

Gurría Treviño, quien dice que tiene un mandato al frente de la OCDE que concluye en 2011 y piensa cumplir, advierte que urge reforzar la estructura fiscal del país, pues la que tenemos "no es normal", ya que dependemos fuertemente de los ingresos petroleros, y eso nos hace muy indefensos.

 

Sin embargo, señala, no ha sido posible llevar a cabo las reformas estructurales, entre éstas la tributaria.

 

Incluso recuerda su propio caso, en 1997, cuando como secretario de Hacienda propuso una reforma fiscal, "pero entonces el señor (Carlos) Medina Plascencia la bloqueó. Y luego, cuando el PAN propuso el paquete de reformas, el PRI la bloqueó".

 

Así que a pesar de los costos políticos hay la oportunidad -no sólo por la recesión, sino por el inicio de una nueva legislatura en la Cámara de Diputados- de realizar los cambios pendientes, como es el caso del sistema fiscal, donde debe pensarse en gravar el consumo, bajar impuestos a la inversión, al ahorro, ampliar la base de contribuyentes y asegurar que haya menos elusión o evasión fiscal.

 

La opción para salir más débiles o fuertes de esta crisis económica está en aprovechar la coyuntura y sacar adelante las reformas estructurales como la hacendaria, la energética, la educativa, aumentar la competitividad y detonar paquetes de infraestructura, subrayó.

 

Con el boquete presupuestal previsto para 2010 (de 300 mil millones de pesos) se hace más complicado definir un presupuesto; aun así hay un espacio para que por uno o dos años se ajusten los gastos para contener la presión social.

 

Dentro del presupuesto público del año próximo sugiere ajustar el gasto en inversión, porque aplicarlo a gasto corriente significa recortar la nómina, y a final de cuentas sale más caro hacerlo, en virtud de que hay que pagar despidos.

 

En tanto, a la inversión se le puede recortar porque son "ajustes rápidos, identificables y bultosos", siempre y cuando se amplíe la base fiscal.

 

Además, no hay que aflojar el ritmo, ni interrumpir programas, ni dar un cambio de señales. A pesar de que esta situación económica "nos obliga a replantear el camino, no necesariamente significa que debamos volver a empezar".

 

-¿Hubo un mal diagnóstico de la crisis?

 

-Hubo, digamos, un mal cálculo respecto de la virulencia. Es como el ébola: cuando uno sabe que tiene ébola hay que cortarle la pierna, porque amenaza a todo el cuerpo.

 

"Lo que pasó aquí es que se subestimó la capacidad de transmisión de la crisis y la desconfianza, en virtud de que es el sector más conectado e interconectado. Y más que pasó en Estados Unidos, que es el más interconectado."

 

-¿Usted se lo imaginó así?

 

-Ni yo ni nadie le atinó a la virulencia, velocidad y profundidad con que iba a afectar y cómo una serie de pérdidas acumuladas por unas malas hipotecas se convirtieron en la crisis mundial más severa y en la cantidad de pérdidas que se han acumulado en las bolsas de valores, en mercados de deudas en crecimiento, efectos en el empleo, precisamente por la rapidez, y ahí se vio cómo estaban interconectados los mercados.