Historia brasileña: de la década perdida al liderazgo latinoamericano (El Financiero 09/10/09)

Historia brasileña: de la década perdida al liderazgo latinoamericano (El Financiero 09/10/09)

(Viridiana Mendoza Escamilla)

Viernes, 9 de octubre de 2009

El país suramericano llegará a 2010 con grado de inversión y crecimiento sostenido.

 

Brasil, el nuevo gigante latinoamericano, ha emprendido su marcha hacia la recuperación de la crisis a un ritmo más rápido y sostenible que el resto de la región.

 

Con un crecimiento económico de 1.9 por ciento en el segundo trimestre de 2009 y la creación de 242 mil 126 empleos en agosto -y 680 mil 34 plazas nuevas entre enero y agosto-, la economía brasileña se posiciona como el nuevo líder de América Latina.

 

No se trata de una estrategia de salida basada en políticas extraordinarias. El plan anticrisis de Brasil prevé sólo algunas reducciones de impuestos y estímulos a la compra de autos populares.

 

Estabilidad

 

Durante los ochenta, Brasil se vio envuelto en una crisis de endeudamiento que ocasionó una caída en los índices de crecimiento, pero -a su vez- evidenció la necesidad de cambios de fondo en pro de estimular el desarrollo.

 

La década perdida, como es llamado al periodo comprendido entre 1982 y 1990, representó el agotamiento del modelo brasileño de sustitución de importaciones (que consistía en favorecer a la industria local y prohibía la importación de productos manufacturados) y contribuyó a la apertura de la economía del país.

 

Desde entonces, las políticas económicas de Brasil se enfocaron en la estabilidad, la apertura de la economía al comercio internacional, la inversión extranjera y la normalización de las relaciones con la comunidad financiera mundial.

 

En 1991, Brasil firmó el Mercosur con Argentina, Uruguay y Paraguay, lo cual facilitó la apertura al comercio internacional.

 

El gobierno brasileño anunció en 1994 el lanzamiento del Plan Real, que incluía una nueva moneda oficial (el real), buscaba mantener la inflación bajo control, reducir la desigualdad social y alcanzar un crecimiento sostenido.

 

Para 1998, la inflación registrada era de apenas 2 por ciento, luego de haber alcanzado 2500 por ciento en 1993. La mayor estabilidad de precios representó una redistribución significativa de los ingresos a favor de los más necesitados.

 

En tres años, de 1994 a 1997, el Producto Interno Bruto de Brasil creció 17 por ciento.

 

El secreto de los avances quizá sean los cambios constantes en el marco legislativo. En 1995, la reforma petrolera permitió la inversión extranjera en la paraestatal Petrobrás.

 

Ahora, el gobierno sólo mantiene 32 por ciento de las acciones y 50 empresas privadas internacionales participan en los procesos de exploración, extracción, transporte y procesamiento de petróleo y sus derivados.

 

Brasil tiene una producción de alrededor de dos millones de barriles por día y continúa en los trabajos de exploración, que han posicionado a Petrobrás como una de las empresas más fuertes en materia de exploración de aguas profundas.

 

En mayo de 2008, la calificadora Standard & Poor's elevó la nota de grado de inversión para Brasil a BB+ para BBB- con perspectiva estable. La decisión fue secundada por Fitch Ratings y, recientemente por Moody's.

 

El gobierno brasileño espera cerrar 2009 con un crecimiento de hasta 6 por ciento en 2010. En materia de inflación, espera mantenerse en alrededor de 5 por ciento (4.36 por ciento actual).

 

El presidente brasileño Luis Inacio Lula Da Silva ha asegurado que al cierre del año conseguirán la creación de un millón de empleos, el doble de la meta -incumplida- de Felipe Calderón.

 

Esta semana, por primera vez en su historia, Brasil pasó de deudor a acreedor del Fondo Monetario Internacional (FMI), al comprometerse formalmente a la compra de bonos de la institución por diez mil millones de dólares.

 

Por si fuera poco, en 2007 Brasil ganó la sede para el Mundial de Futbol en 2012 y este año fue elegido como anfitrión de las Juegos Olímpicos de 2016, convirtiéndose en el primer país suramericano el albergar las justas olímpicas en la historia.

 

Y mientras todo esto ocurre en Brasil, México sólo mira cómo se queda atrás.