Alza en energéticos dispara 3% los costos de producción (El Financiero 11/02/10)

Alza en energéticos dispara 3% los costos de producción (El Financiero 11/02/10)

(Isabel Becerril) 

Jueves, 11 de febrero de 2010

· Las fugas fiscales superan la recaudación

El incremento de 10 por ciento en la tarifa eléctrica industrial y los nuevos aumentos al diesel y la gasolina repercutirán en un 3 por ciento en los costos de producción del aparato productivo, afirmó Humberto Jaramillo Rodríguez, presidente en funciones de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).

 

A ello se adiciona otro factor negativo para el sector fabril, dijo, que es la ausencia de una política de precios de los energéticos (electricidad, combustóleo, gas natural, gas LP, diesel y gasolinas), que afecta el necesario proceso de planeación en las empresas.

 

Indicó que a partir del presente mes la tarifa de alta tensión sufrió un alza de 10 por ciento; la de media, de 7.9, y la de baja, de 4.4.

 

El diesel aumentó ocho centavos, a 8.32 pesos el litro, y el gas registró un alza de 10 por ciento.

 

Los argumentos en que se apoyan los incrementos en los energéticos se vinculan a la necesidad de que los precios de estos bienes sean semejantes a los internacionales.

 

Sin embargo, en el caso de la electricidad para uso industrial los costos en México son del doble respecto a los de Estados Unidos.

 

Precisó que a su gremio le preocupa que ese argumento de competitividad internacional -efectivamente válido si todos los bienes y servicios que produce el gobierno federal tuvieran precios competitivos internacionalmente- sólo sea un mecanismo de precios que permite generar mayores ingresos para atender las presiones que provoca la actual coyuntura de bajo crecimiento económico.

 

Es decir que se está privilegiando la atención de lo urgente, y se deja para después lo verdaderamente importante.

 

Jaramillo Rodríguez expuso que los industriales requieren de una política de precios que sea predecible, que se enmarque en un proceso de incremento de la competitividad de los factores de la producción, pero con la participación de gobierno y empresarios, y no sólo con el expediente de alza en los precios.

 

Una reforma energética de largo aliento es hoy más relevante que nunca, pues los actuales costos de la crisis económica y su secuela inflacionaria y de desempleo deben ser encarados con medidas más claras, que ofrezcan certidumbre, y con la participación de todos en el proceso de alcanzar, como nación, una mayor competitividad.