Estabilidad de precios requiere una posición fiscal solvente (El Financiero 17/05/10)

Estabilidad de precios requiere una posición fiscal solvente (El Financiero 17/05/10)

Marcela Ojeda Castilla

Lunes, 17 de mayo de 2010

Banxico, por una política monetaria prudente.

 

Manuel Sánchez. (Foto: Eladio Ortiz)

Aunque es posible que en el corto plazo se presentara la disyuntiva de estimular la actividad económica a costa de una mayor inflación, tal circunstancia se podría minimizar, e incluso eliminar mediante una política monetaria prudente, indicó el subgobernador del Banco de México (Banxico), Manuel Sánchez.

 

"Si la política monetaria se conduce con autonomía y prudencia, no existe contradicción irremediable entre crecimiento económico y control de la inflación en el corto plazo", afirmó el funcionario.

 

Aclaró que las decisiones monetarias no buscan inducir manipulaciones arbitrarias de la actividad económica, sino que la política monetaria ayuda a la economía a adaptarse ante diversas perturbaciones para retomar la senda del crecimiento sostenido en un ambiente de estabilidad de largo plazo en los precios.

 

"Esta premisa difiere profundamente del propósito de estimular la actividad económica poniendo en peligro la estabilidad", manifestó Sánchez González durante un desayuno con exalumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

 

Al hablar del papel del banco central en la estabilidad y el crecimiento, indicó que cuando ambos objetivos se plantean como antagónicos, las ganancias en actividad, si ocurren, tienden a ser pasajeras.

 

Además, permitir el agravamiento de la inflación eleva el costo real de estabilizaciones futuras, mientras que la estabilidad de precios favorece el crecimiento en el largo plazo.

 

Dijo que para que la política monetaria sea eficiente en el corto plazo, debe formar parte de una estrategia de largo plazo fincada en las expectativas del público de que, en promedio, la inflación se mantendrá baja, lo cual requiere un récord largo de estabilidad de precios y una gran credibilidad del compromiso de mantenerla.

 

La estabilidad de precios es un prerrequisito para el crecimiento económico, preserva el bienestar y favorece el desarrollo, agregó.

 

Sin embargo, precisó que para que esa estabilidad sea duradera se requiere el apoyo de una posición fiscal solvente, pues crecientes desequilibrios fiscales pueden conducir al público a temer que el banco central financiará esos déficit en el futuro, traicionando así su compromiso con el control de la inflación.

 

"Ante persistentes desequilibrios fiscales, los bancos centrales se ven más presionados para relajar su política monetaria, en detrimento de la estabilidad de precios."

 

En este contexto, alertó que una situación semejante podría complicar la percepción sobre el futuro manejo de la política monetaria de algunos bancos centrales en naciones industrializadas que hoy tienen elevados déficit fiscales.

 

Si la economía presenta cierta holgura respecto de su capacidad productiva se puede relajar, ya que la situación contribuye al descenso del dinamismo de los precios. Si se presentan presiones inflacionarias como resultado de que la actividad económica rebasa por suficiente tiempo su potencial, la política monetaria se restringe, y "todo esto implica que ante diversos choques macroeconómicos, la estabilización de precios y de la actividad económica no están contrapuestas".