Pulverizan ejidos la competitividad (El Reforma 24/05/10)

Los dueños de la tierra heredan su propiedad en partes iguales a entre 5 y 6 hijos, de acuerdo con datos de Sagarpa.

Foto: Archivo

Al menos 70% de productores tienen menos de 5 hectáreas para producir alimentos, según datos del Inegi

Verónica Martínez

Ciudad de México  (24 mayo 2010).- La tierra destinada a las actividades agropecuarias se fracciona cada vez más, restándole a México competitividad frente a otras naciones.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que en el País 70 por ciento de los productores tienen menos de 5 hectáreas para producir alimentos, lo que provoca una productividad promedio muy baja, por ejemplo, en cultivo de maíz, 3.3 toneladas por hectárea.

En contraste, en Chile, donde sólo 0.4 por ciento de las unidades productivas son inferiores a 5 hectáreas, la producción promedio con el mismo grano es de 10 toneladas por hectárea, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por sus siglas del inglés).

De acuerdo con la misma fuente, Estados Unidos produce 9.6 toneladas de maíz por hectárea y Argentina, 6.4 toneladas. Pero lejos de irse solucionando la situación en el tiempo, va empeorando.

Datos del Inegi detallan que en 1990 había 2.1 millones de unidades productivas con menos de 5 hectáreas en México, lo que representaba 60 por ciento del total del área en producción.

Sin embargo, para 2007 (los últimos datos disponibles), 2.6 millones de unidades estaban en esta situación, lo que representa ya 70 por ciento del total.

"Los productores de maíz que tienen menos de 5 hectáreas y no están organizados, no alcanzan rendimientos para comercializar, cosechan para su consumo; (pues) para vender se requieren grandes extensiones de tierra u organizarse con otros para juntar las cosechas", explicó Carlos Salazar, secretario técnico de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM).

"Podrían ser rentables en otros cultivos como los invernaderos, pero eso requiere mucha inversión que no se tiene; esto sucede porque los productores dividen sus tierras para heredarlas a los hijos", dijo.

Según información de la Secretaría de Agricultura, los dueños de la tierra heredan su propiedad en partes iguales a entre 5 y 6 hijos.

Rogelio Sacaula, productor de maíz en Chalchicomula de Serdán, Puebla, relató que de las 48 hectáreas que tenía hace unos años, ahora sólo le quedan 20, porque el resto las ha heredado en vida a tres de sus 7 hijos.

"He visto que en mi ejido ha crecido el número de ejidatarios, porque le han hecho como yo, van dividiendo sus tierritas para dárselas a los hijos. Yo tengo 7 hijos a uno ya le di 5 hectáreas, a otro 7 y a otro más 6, ya me quedé con 20 hectáreas, pero me quedan 4 hijos más; se las daré hasta que me muera", dijo.

Agregó que las tierras se usan para cosechar maíz, frijol y haba que se comercializa con los avicultores de Tehuacán, Puebla, pero recalcó que lo logran porque juntan sus cosechas y usan semillas de alto rendimiento.

Para revertir este escenario, legisladores propusieron que se fortalezca la organización de productores o se renten las tierras.

"Para que los productores alcancen niveles de comercialización con pequeñas superficies, es necesario que se organicen, hay que fomentar la organización para que ingresen a programas de agricultura por contrato y vendan sus cosechas", comentó Cruz López, presidente de la Comisión de agricultura de la Cámara de Diputados.

Agregó que la tendencia es que las familias crezcan y hereden sus propiedades entre los hijos, por lo que es necesario que se compacten para comprar insumos, acopio y comercialización, o apoyos para que se invierta en productos intensivos como los que se cosechan en invernaderos, de lo contrario el País seguirá perdiendo competitividad.

Por su parte, Javier Usabiaga, presidente de la comisión de agricultura de la Cámara baja, dijo que la solución es la renta de tierras, ya que las grandes agroempresas pueden rentar a varios productores y unificarlas para producir lo que requieren.