La desertificación afecta a dos de cada tres hectáreas (El Financiero 17/06/10)

Arturo Robles

Jueves, 17 de junio de 2010

Sequías dejan pérdidas del 10% del PIB.

Agricultura, una de las superficies más dañadas.

Las erosiones hídricas alcanzan 12% y eólicas 11%.

La desertificación en México afecta dos de cada tres hectáreas del territorio nacional, lo que disminuye la superficie agrícola y forestal, teniéndose una pérdida económica de aproximadamente 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)

En alusión al Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y Sequía, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) explicó que ese fenómeno es resultado fundamentalmente de la desvinculación entre los recursos naturales y el sistema socioeconómico que los explota, o sea que es ante todo un problema de desarrollo sostenible.

En México los mayores impactos de la desertificación se resienten en la agricultura, debido a que ocupa 83 por ciento del agua extraída.

Son considerables las afectaciones en ciudades y comunidades rurales, pues la disponibilidad de agua se relaciona con la cantidad de habitantes, según la Comisión Nacional del Agua (CNA).

Cabe destacar que en el sureste del país la disponibilidad promedio es ocho veces mayor a la de las zonas centro, norte y noreste, mientras que el promedio nacional de disponibilidad anual per cápita es de cuatro mil 960 metros cúbicos, en el norte es de mil 930 y en el sur de 15 mil 270.

Causas

En el territorio nacional hay alrededor de 120 millones de hectáreas afectadas por el fenómeno de la desertificación y las principales causas son la pérdida de la fertilidad, que se presenta en 18 por ciento del país.

Las erosiones hídricas, en 12 por ciento, y las eólicas, en 11 por ciento, así como la salinización, en 8 por ciento de las tierras de riego, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Según el reporte del INEGI, la degradación del suelo se refiere a los procesos inducidos por las actividades humanas que disminuyen su productividad biológica, así como su capacidad actual y/o futura para sostener la vida humana.

En 2002 el 44.9 por ciento de superficie nacional mostraba algún signo de degradación, siendo la degradación química y la erosión hídrica los procesos más importantes.