El ritmo de la recuperación (El Financiero 02/08/10)

El ritmo de la recuperación (El Financiero 02/08/10)

Del IMEF para EL FINANCIERO / Jonathan Heath

Lunes, 2 de agosto de 2010

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A todos nos queda claro que la actividad económica no siempre crece al mismo ritmo. En algunas ocasiones, la economía crece rápidamente, se producen empleos y existe una sensación de bienestar.

 

En otras, la actividad económica se contrae y se pierden empleos, lo que conduce a una sensación de frustración en una parte importante de la población.

 

No obstante, la mayoría del tiempo la economía crece a un ritmo relativamente lento y aunque se producen empleos, no son suficientes para satisfacer a una población creciente. Estos altibajos en la actividad económica nos conciernen a todos, ya que afectan nuestras inversiones, negocios y hasta nuestro propio empleo.

 

Nuestro comportamiento como consumidor difiere según la etapa del ciclo económico en que nos encontramos, ya que nos permite ser un poco más generosos con nosotros mismos, o bien, tomar una actitud más cautelosa y cuidar más nuestros ingresos.

 

La economía mexicana entró en una recesión a principios de 2008, etapa durante la cual se contrae la actividad económica. En los primeros meses fue una recesión relativamente leve, inducida por una disminución en la demanda por nuestras exportaciones por parte de Estados Unidos.

 

Sin embargo, la recesión se tornó mucho más grave a partir de agosto de ese año, cuando la bancarrota de Lehman Brothers en EU provocó reacciones negativas, significativas en prácticamente todo el mundo. Todo parece indicar que tocamos fondo en mayo de 2009 y a partir de esa fecha empezamos la etapa de recuperación.

 

La etapa de recuperación dura hasta que regresemos al punto máximo anterior, es decir, hasta que recuperamos todo lo que se perdió durante la recesión. A partir de ese momento empieza una nueva etapa de expansión.

 

Aunque la recuperación lleva ya un poco más de un año, todavía tendrá que pasar más tiempo antes de que la economía recupere el terreno perdido en 2008 y 2009. La mayoría de las proyecciones apunta a que será a medidos de 2011 cuando la economía entre por fin a una nueva etapa de expansión.

 

Uno de los indicadores más oportunos que nos ayuda a apreciar la marcha de la economía es el Indicador IMEF, un índice de difusión diseñado para adelantar la dirección de la economía. Fue uno de los primeros indicadores de la economía mexicana que marcó el hecho de que estábamos en una recesión en 2008 y que iniciamos la recuperación en 2009.

 

El indicador funciona a partir de un umbral de 50 puntos, que justamente marca la diferencia entre una economía que crece y una que no. A partir de mediados de 2009, el indicador empezó a señalar niveles superiores a los 50 puntos, consistentes con una economía que ya empezaba a crecer.

 

El Indicador IMEF alcanzó sus niveles más elevados en el segundo trimestre de 2010, lo que anticipa que el crecimiento del PIB para el periodo seguramente será más elevado que el trimestre anterior (que creció 4.3 por ciento). Sin embargo, los últimos meses (mayo y junio) han señalado una pequeña desaceleración, todavía consistente con una economía creciente, pero posiblemente con algo de menos fuerza.

 

Sin ser de mayor preocupación, sí nos parece anticipar que el crecimiento de la actividad económica en la segunda mitad del año podrá ser menos vigoroso que la primera mitad.

 

El Indicador IMEF se da a conocer en los primeros días de cada mes. Por lo mismo, los resultados de julio se divulgarán la semana entrante, el 3 de agosto. Habría que estar atentos a esta noticia, ya que nos dará más luz sobre la marcha de la economía en el tercer trimestre del año.

 

Hasta ahora hemos visto una economía recuperándose, impulsada principalmente por una demanda creciente de nuestras exportaciones no petroleras. Sin embargo, la economía interna todavía no ha mostrado suficiente dinamismo para completar la fase de recuperación más rápidamente.

 

Las empresas no exportadoras, en especial las pequeñas y medianas, no realizan inversiones significativas a falta de crédito accesible. Los consumidores han mostrado una actitud mucho más cautelosa en sus compras, en especial en las que realizan con tarjetas de crédito, por ser una vía cara y peligrosa cuando la economía personal pasa por momentos inciertos.

 

Las unidades familiares han preferido desendeudarse hasta donde puedan, lo que ha marcado la pauta para una economía interna mucho más lenta.

   

Miembro del Comité Nacional de Estudios Económicos Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla.