(Héctor A. Chávez Maya)

Jueves, 14 de febrero de 2008

Muchas leyes son letra muerta, dice.

El Senado de la República manifestó su disposición a realizar las reformas estructurales que beneficien al campo mexicano, luego de reconocer que muchas de las leyes actuales son letra muerta y se convierten en un obstáculo para fomentar el desarrollo del sector.

Reconoció que es necesaria una revisión exhaustiva de la legislación vigente en la materia, a fin de sacar una buena propuesta entre todos los grupos parlamentarios.

Senadores del PAN, PRI y PRD aseguraron que la Cámara alta seguirá siendo un espacio de diálogo para las organizaciones rurales y los sindicatos, a fin de encontrar los mecanismos para dar solución a sus demandas.

En su intervención, el presidente de la Comisión de Agricultura, Guillermo Padrés, dijo que es necesaria una alianza entre todos los sectores para buscar solución a los problemas que afectan al país.

Por lo pronto, informó, ya se solicitó a la Junta de Coordinación Política la conformación de un grupo de trabajo que entre al análisis de una reforma estructural del campo, donde no sólo participarían los legisladores, sino también los sectores productivo y académico, las organizaciones rurales y el gobierno federal.

El panista reiteró su disposición para avanzar en las minutas de la Ley de Planeación y Soberanía Alimentaria y Nutricional, y para analizar el establecimiento de un mecanismo de administración del comercio exterior del maíz y el frijol.

Consideró necesaria la creación de una política pública diferenciada, donde los más beneficiados sean los pequeños productores, pues son quienes practican la agricultura de autoconsumo y enfrentan muchas carencias y asimetrías.

Llamado urgente

Por su parte, el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, calificó la reunión como una "irrupción" del movimiento campesino, sindical y cívico, y como un llamado de atención urgente de los dirigentes frente a la incapacidad del gobierno federal para dar resultados al sector rural.

La intensidad de los recientes reclamos se debe a la insensibilidad del los funcionarios federales para escuchar, dialogar, debatir y encontrar salidas y soluciones para una actividad que se ha visto seriamente afectada en los últimos 14 años.

Después de entregar una propuesta de agenda legislativa al presidente de la Cámara alta, Santiago Creel Miranda, las organizaciones campesinas pidieron que el Senado se convierta en un espacio de intermediación para las negociaciones con el gobierno de la República, petición que fue aceptada de inmediato.

Los dirigentes de la Central Campesina Cardenista, Max Correa; de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC), Víctor Suárez, y el representante de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Gerardo Sánchez, conminaron a los legisladores hacer leyes que respondan a las necesidades del agro mexicano, y no esperar a una catástrofe para reaccionar.

Dijeron que se requiere alcanzar un pacto social donde se pongan a disposición los instrumentos para que el diálogo dé resultados.