Impacto de la desaceleración económica estadounidense en México (El Financiero 10/03/08)

Lunes, 10 de marzo de 2008

La desaceleración de la economía de Estados Unidos y la incertidumbre internacional obligan a nuestro país a realizar ajustes importantes en cuanto al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que se desplazó del 3.7 para llegar a 2.8 por ciento, lo que se ajusta a las posibilidades de México, como bien lo mencionó Alejandro Werner, subsecretario de Hacienda.

Las turbulencias en Estados Unidos van a afectar tanto a sus exportaciones, como a nuestro sector externo.

Como datos históricos, cabe señalar que la balanza comercial de México presentó en 2007 un déficit de 11 mil 183 millones de dólares, las exportaciones totales fueron de 272 mil 084 millones y las importaciones ascendieron a 283 mil 267 millones de dólares.

Por lo que se refiere a las remesas que envían nuestros compatriotas del exterior, fueron de 23 mil 742 millones de dólares en 2006. a 23 mil 978 millones en 2007. Estas también tenderán a una disminución, como consecuencia de la contracción de la economía de Estados Unidos.

Durante 2006 la Inversión Extranjera Directa y de Cartera en México fue de 20 mil 507 millones de dólares y de 27 mil 538 millones en 2007. En las condiciones actuales de la economía de Estados Unidos, y debido a la incertidumbre financiera internacional, la inversión extranjera podría ser menor que la esperada para 2008.

Por otra parte, en el tema del empleo en México, las estimaciones del gobierno federal son de que la economía podría generar 771 mil empleos formales, mientras que Banxico estima que sólo serán 675 mil en este año.

Por todo lo anterior, y como simples sugerencias, el objetivo principal de la política económica debe encaminarse a crear un ambiente de estabilidad que sea propicio para el funcionamiento de las empresas, por medio del adecuado manejo de los instrumentos de la política macroeconómica.

A la competencia en el mercado, el incremento en la productividad y el cumplimiento de los contratos se les debe dar la importancia adecuada, así como una atención idónea a los factores que intervienen y forman parte de la microeconomía, teniendo presente, por supuesto, el establecimiento de un marco paralelo de certidumbre legal e institucional.

De gran relevancia es también la inversión en el renglón de la educación. El capital más importante con que contamos en México es probablemente el conocimiento, por lo que es fundamental canalizar recursos para su impulso, y de este modo hacer de la educación y el conocimiento las palancas del desarrollo.

Al respecto, el licenciado Carlos Fernández asegura que "con base en la educación y el conocimiento será posible buscar soluciones creativas en cada área que se requiera".

Otra de las opciones, por ejemplo, para disminuir el posible daño por esta desaceleración de la economía estadounidense, bien podría ser el realizar y consolidar las reformas que están aún pendientes; entre otras, la energética; en una primera etapa, los ingenios azucareros podrían producir etanol, que es un combustible poco contaminante.

Al mismo tiempo, esto podría producir que se eleve el nivel de ingresos del sector agroindustrial del país. Otra opción sería el que las Pymes cuenten con el apoyo de Nacional Financiera, mediante el otorgamiento de créditos a tasas preferenciales entre muchas otras cosas. Otra propuesta sería que Banxico disminuya las tasas de interés para incentivar, con ello, la inversión.

Con una población preparada y educada será más sencillo encontrar el camino adecuado en cada actividad que se realice en nuestra nación, evitando así que los movimientos en la economía de la Unión Americana nos afecten fuertemente.

Fernández Carlos, Rubio Luis, Azuara Oliver, Jaime Edna, Hernández César, 2006, México 2025, El futuro se construye hoy, Centro de Investigación para el Desarrollo, p. 11.

Elaborado por MA José Luis Pelejero Romero, aspirante al doctorado de la Universidad Anáhuac México Sur, y dirigido por el Dr. Carlos Miguel Barber Kuri.