Petróleo: el caso de China (El Financiero 25/03/08)

Petróleo: el caso de China (El Financiero 25/03/08)

Elaborado por el maestro Salvador Barragán Heredia, aspirante al doctorado en Derecho de la Universidad Anáhuac México Sur, y dirigido por el doctor Carlos Miguel Barber Kuri.

Martes, 25 de marzo de 2008

No tendría sentido un Estado que no busque el bienestar de sus gobernados. Observemos a un país que en otros tiempos pasaba inadvertido, ahora con alto crecimiento y ejemplo digno de seguir con sus empresas petroleras.

 

China comunista cuenta con tres compañías petroleras para abastecer a mil 300 millones de habitantes, lo cual la convierte en el segundo consumidor mundial de crudo; su consumo es de 6.75 millones de barriles diarios e importa 100 millones de toneladas anuales, pero sus petroleras no son capaces de cubrir su demanda.

 

La escasez de petróleo orilló al gobierno chino, particularmente a su más grande empresa, China National Petroleum (CNP), a establecer dentro de sus prioridades la compra de compañías petroleras extranjeras. A partir de ahí se registraron múltiples intentos de compra que no prosperaron, tal es el caso de la petrolera estadounidense Unocal, por la cual se hizo una propuesta muy atractiva que fue rechazada en Washington por motivos políticos, y finalmente fue adjudicada a la empresa Chevron Texaco. En Argentina sucedió algo parecido con el intento de compra de Repsol YPF.

 

Los chinos continuaron con su estrategia en América, y así CNP adquirió 100 por ciento de la empresa canadiense PetroKAzakhstan Ink (PK) por un monto de 4 mil 180 millones de dólares, esta es la primera vez que una compañía china adquiere una empresa energética extranjera que cotiza en bolsa, cuya cuantiosa oferta se entiende dado el valor estratégico que representa para China.

 

China National Petroleum ha concentrado sus operaciones en trece países de Africa, especialmente Nigeria, Argelia y Egipto. Sus relaciones de inversión han promovido el desarrollo económico en China y en los países en cuestión, por lo que su actividad es recibida con agrado y generosidad por estos países. Lo que pasó en Sudán puede ser que nos sirva de ejemplo. Veamos:

 

En 1995, el presidente de Sudán, Omar al Bashir, visitó a su homólogo de China, Jiang Zemin, para estudiar la posibilidad de invitar a CNP con objeto de ayudar al país a establecer un sistema de escala de industria petrolera.

 

Con la ayuda de CNP, en tan sólo 11 meses se instaló una red de mil 500 kilómetros de ductos y esto produjo sólo en dos años la primera refinería instalada con una capacidad de procesamiento de 2.5 millones de toneladas de petróleo crudo, y en 1999 Sudan inició sus actividades exportadoras de petróleo. La refinería de Khartoum cuenta con una capacidad de procesamiento anual de cinco millones de barriles de petróleo crudo. Los chinos la diseñaron y dotaron de alta tecnología; hoy la operan, y con todo esto se ha impulsado la economía local, mejorado la estabilidad social y Sudán ha visto su economía crecer 7.0 por ciento, con una tasa de inflación a un dígito.

 

Los países están saliendo a la búsqueda de soluciones para afrontar mejor el futuro. Hoy en día la colaboración entre países es estratégica para el desarrollo económico. México continúa dudando si acude al exterior para obtener la ayuda necesaria y explotar sus yacimientos, y no se está reflexionando si el día de mañana habrá consecuencias económicas por nuestros titubeos.

 

Cabe señalar que la CNP es hoy conducida por Jian Jiemin. Dicha empresa tiene actividades en 26 países con los que ha establecido 69 diferentes proyectos de cooperación, y se ubica en el octavo lugar en ingresos de todas las empresas petroleras del mundo (Fortune, 2007).

 

Con otras acciones similares, en los últimos 20 años China ha logrado sacar de la pobreza a más de 250 millones de personas. Posiblemente este tipo de actividades pudieran ser replicadas en otros países, incluso el nuestro, si estas medidas fuesen pertinentes para nosotros.

   

Elaborado por el maestro Salvador Barragán Heredia, aspirante al doctorado en Derecho de la Universidad Anáhuac México Sur, y dirigido por el doctor Carlos Miguel Barber Kuri.