Pobre desempeño del sector industrial (El Financiero 29/11/12)

Pobre desempeño del sector industrial (El Financiero 29/11/12)

Isabel Becerril

Jueves, 29 de noviembre de 2012

Creció 1.4% en promedio anual durante el gobierno de Felipe Calderón.

El menor avance de los últimos cuatro sexenios.

Se profundiza la desarticulación del aparato productivo.

 

· La industria vive su peor sexenio

En la administración del presidente Felipe Calderón, el sector industrial registra el crecimiento más bajo de los últimos cuatro sexenios, de 1.4 por ciento en promedio anual.

 

Lo anterior es resultado, en gran parte, de que en México no se ha aplicado una verdadera política industrial, afirmaron los presidentes de la Concamin, Francisco Funtanet Mange, y de la Canacintra, Sergio Cervantes Rodiles, y el director adjunto de la sede regional en México de la Cepal, Carlos Moreno Brid.

 

Esto ha llevado a tener un aparato productivo desarticulado y con crecimientos cada vez menores, con pocos sectores ganadores y muchos perdedores, y empresas con baja calificación profesional.

 

Indicaron que el concepto de política industrial debe ser entendido por el gobierno como el apoyo a empresas y sectores para que sean dotadas de capacidades y recursos para competir y enfrentar la evolución de los mercados.

 

La desarticulación que presenta la industria nacional se ha traducido en las últimas tres décadas en un pobre desempeño, lo que se refleja en un crecimiento de casi 3 puntos porcentuales menos frente a los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, cuando se registraron tasas de 4.3 por ciento, mientras que en la de Vicente Fox fue de 1.7 por ciento.

 

Para Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), el hecho de que no termine de aterrizar una verdadera política industrial ha provocado, entre otras cosas, que las Pymes requieran de 300 horas para cumplir con sus obligaciones fiscales, mientras que en países con los que se compite, como China, sólo se necesitan 150 horas.

 

Ello, porque no cuentan con los recursos suficientes para contratar el "ejército" de personas que se necesitan para cumplir con todos los requerimientos del gobierno federal, sobre todo los fiscales.

 

Sergio Cervantes, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), advirtió que pocas naciones han emprendido un camino tan árido como el que ha seguido nuestro gobierno a lo largo de las últimas tres décadas.

 

Mencionó que en ese sentido se optó por una política industrial enfocada al apoyo del sector exportador, integrado por un puñado de ramas productivas, entre las que se encuentran automotriz, eléctrica-electrónica, autopartes y línea blanca.

 

Esa "preferencia" hacia unas cuantas actividades se ha traducido en crecimientos y desarrollos desiguales en el aparato productivo, así como en el rompimiento de muchas cadenas productivas.

 

Citó como ejemplo el caso de la rama química, que es la que más "muertos" ha tenido entre sus filas y la más desarticulada.

 

De 2007 a la fecha, refirió, de los 21 subsectores que integran la manufactura, en 13 hubo crecimientos de 5 por ciento, como en la industria automotriz.

 

En las ocho actividades restantes se dio un decremento que va desde 0.2 por ciento en la fabricación de productos de cuero hasta 2.6 por ciento en insumos textiles.

 

Romper mitos

 

Carlos Moreno Brid, director adjunto de la sede regional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dijo que la política industrial no es para mantener "muertos", sino impulsar a sectores con posibilidad de crecer o potenciar las ramas económicas que se encuentran a medio camino.

 

Hay que romper con el mito de que una política industrial transversal no discrimina a ninguna actividad; eso es mentira, porque en cualquiera de los instrumentos de este tipo, un gobierno debe elegir o analizar cuáles son los sectores fuertes que coadyuvarán al crecimiento del país.

 

"El Estado no tiene que escoger ganadores, sino soltar a los sectores perdedores."

 

Francisco Funtanet Mange, dirigente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), explicó que en la política fabril cada nuevo gobierno siempre pone un sello de importancia, pero ésta siempre es elaborada en función de la evolución de los mercados internacionales, mas no de las necesidades reales del aparato productivo nacional.

 

Es innegable que el sector fabril ha perdido competitividad por dos causas: la falta de uso de tecnología e innovación en sus métodos de producción, y por sus procesos lentos, que ocasionan que los precios de los productos sean elevados, alejándonos de ser competitivos, anotó.

 

Todo el panorama que vive la industria habla de la necesidad de que el gobierno intervenga aportando recursos a favor de sectores productivos, "hasta lo que sea posible subsidiar".