Convergen grupos en reforma migratoria (Reforma 07/05/13)

Convergen grupos en reforma migratoria (Reforma 07/05/13)

 

Activistas han realizado numerosos actos exigiendo la ciudadanía de los indocumentados.

Foto: AP

   

Reuters

  

Washington DC,  Estados Unidos (7 mayo 2013).- El Congreso estadounidense iniciará esta semana el primer debate en seis años sobre una extensa reforma a la ley de inmigración, de la que estarán atentos distintos grupos con interés en el proyecto como empresas de tecnología, jornaleros, parejas homosexuales e inmigrantes indocumentados en general.

 

Para los 11 millones de inmigrantes indocumentados, la legislación en el Senado estadounidense es su mejor esperanza para superar la amenaza de deportación y tener un camino para solicitar eventualmente la ciudadanía estadounidense, luego que un gran impulso en el Senado por una reforma en 1986 muriera en 2007.

 

El ambicioso proyecto de ley destinaría más dólares federales para el fortalecimiento de la frontera suroeste del país y pretende reformar un añejo sistema de visas para que más trabajadores extranjeros de alta y baja especialización puedan obtener un permiso.

 

Pero en una vista previa de la dura lucha que se viene, la conservadora Heritage Foundation publicó un estudio que concluye que la legislación le costaría al Gobierno estadounidense 6.3 billones de dólares en los próximos 50 años, ya que los inmigrantes ilegales se convertirían en ciudadanos y serían elegibles para los programas gubernamentales.

 

El estudio fue rápidamente atacado por otros conservadores, que dijeron que no tomaba en cuenta los beneficios económicos de legalizar a 11 millones de personas.

 

Las enmiendas al proyecto de ley bipartidista de 844 páginas, producto de meses de negociaciones, fluían a la Comisión Judicial del Senado, que empezó a considerar la medida el jueves.

 

Si sus partidarios, entre los que se incluye al Presidente Barack Obama, logran su objetivo, la legislación emergerá de la Comisión durante este mes encaminada a su aprobación por una apabullante mayoría en el Senado.

 

Distintos grupos, desde activistas de derechos homosexuales hasta representantes de la industria de la construcción, estarán atentos al debate.

 

"Cada grupo de influencia que posee un interés en la reforma de inmigración estará cerca", dijo Emily Lam, del Silicon Valley Leadership Group, que representa a compañías tecnológicas como eBay, Microsoft y Yahoo!, además de otras firmas como Citibank y Verizon.

 

En el primer trimestre del 2013, se registraron 500 organizaciones y compañías para hacer presión respecto a la reforma de inmigración.

 

Una muestra incluye al Comisionado de Béisbol, MGM Resorts, el Comité Olímpico estadounidense, Perdue Farms, JPMorgan Chase & Co. y una variedad de compañías en el negocio de seguridad de identificación, como Cogent, de 3M Company.

 

Los grupos de presión tienen a los ocho legisladores que escribieron la legislación (cuatro demócratas y cuatro republicanos) nerviosos de que cualquier cambio podría deshacer todo el esfuerzo.

 

Pero los grupos de presión no han perdido aliento.

 

La industria de la construcción y otros representantes empresariales buscan aumentar la cantidad de trabajadores extranjeros de baja especialización que podrían contratar.

 

Pero si tienen éxito en alguna etapa del complicado proceso legislativo, el apoyo de grupos laborales podría debilitarse ante el miedo de que tal provisión ponga en peligro puestos de trabajo para estadounidenses.

 

Varios grupos empresariales están preocupados por el sistema E-Verify que constata el estatus legal de los trabajadores. Las empresas no objetan el mandato pero quieren asegurarse de que no se les castigará si el sistema entrega información errónea.

 

En tanto, activistas de derechos homosexuales quieren que la legislación permita que los ciudadanos estadounidenses y residentes legales permanentes patrocinen a sus parejas del mismo sexo para obtener el permiso de residencia.

 

La estrategia de tener un gran poder de voto en el Senado para ayudar a crear impulso para que la legislación sea aprobada por la Cámara de Representantes funcionó en dos ocasiones previas este año: Una en un proyecto para evitar el denominado "abismo fiscal", y también para renovar una ley histórica para combatir la violencia doméstica contra las mujeres.