Por qué la reforma migratoria tiene oportunidad de triunfar en el Senado (El Economista 29/05/13)

Por qué la reforma migratoria tiene oportunidad de triunfar en el Senado (El Economista 29/05/13)

29 Mayo, 2013 - 23:35Credito:Jennifer Rubin

Los reformadores migratorios tienen un trabajo: trabajar duro en el Senado; y un camino cuesta arriba en la Cámara, pero no ha pasado desapercibido que las fuerzas anti-reforma migratoria no son tan efectivas como lo fueron en el 2007.

 

Algunas de esas personas que se oponen a la propuesta del plan migratorio de la Banda de los Ocho afirman que los escándalos que plagan la administración son una distracción, pero otras cosas están en juego: los pro-reformistas están mejor organizados y tienen mejores portavoces que en el 2007 (el senador Marco Rubio tiene más peso en la base que el que tuvo el senador John McCain en el 2007); el flujo migratorio se ha invertido; la escasez de trabajadores de alta tecnología se ha agudizado; y los republicanos han perdido dos carreras presidenciales, con pésimos resultados entre los votantes hispanos.

 

Por otra parte, el propio Partido Republicano ha cambiado, muy a pesar de lo que los opositores a la reforma migratoria están dispuestos a admitir (como lo hacen con el matrimonio gay). Los libertarios, que por lo general están en favor de la reforma migratoria, están a la alza en el partido y tienen un líder en el senador Rand Paul. Y si la votación es exacta, los republicanos pueden vivir con un camino a la ciudadanía, en las condiciones contenidas en el proyecto de ley de la Banda de los Ocho, con el fin de conseguir la seguridad fronteriza. Por lo tanto, los opositores se reducen al argumento de que la inmigración es mala para la economía (que no es ni conservadora ni verdadera) o que las disposiciones en las fronteras no son lo suficientemente buenas. Este último punto, Rubio promete que se puede abordar.

 

La sabiduría convencional favorece la inercia. (Por ejemplo, “Los conservadores siempre se opondrán a la reforma migratoria”). Pero es posible que los individuos, un partido y un conjunto se transformen en respuesta a las condiciones. Los republicanos fueron los tacaños antes de la revolución de la oferta de Reagan. Los demócratas eran los internacionalistas hasta 1972. Los evangélicos siempre estuvieron con la derecha al oponerse a la reforma migratoria, hasta que un amplio sector no dejó de estarlo.

 

Por esta razón, en parte, la hipótesis de que el Partido Republicano no puede ganar el apoyo de los votantes hispanos es incorrecta. La gente cambia y el país cambia (de la misma manera en la que lo descubrimos gracias a los explosivos datos acerca de la mujer como sostén de la familia). Si los partidos no cambian, mueren. Y es que el miedo a la irrelevancia puede ser la mejor motivación para los reformadores migratorios republicanos.