Dreamers” piden asilo humanitario (El Universal 01/10/13)

Dreamers piden asilo humanitario (El Universal 01/10/13)

Martes 01 de octubre de 2013El Universal

DALLAS (Agencias).— Un grupo de 32 jóvenes indocumentados que creció en Estados Unidos, pero que fue deportado a México cruzó ayer la frontera para pedir su admisión en el país portando solicitudes de asilo y libertad condicional humanitaria.

 

Los jóvenes ingresaron caminando por el carril peatonal del Puente Internacional Juárez-Lincoln que une a Nuevo Laredo, Tamaulipas, con Laredo, Texas, a fin de entregarse a los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) con la esperanza de que sus peticiones sean atendidas.

 

Cada solicitud será procesada por separado; hasta ayer por la tarde, ninguno de los dreamers había dejado las oficinas de inmigración, a diferencia del séquito que los seguía, quienes entraron a EU sin problema.

 

Por la mañana los jóvenes se vistieron con togas y birretes en preparación para intentar regresar a territorio estadounidense en el puente fronterizo. Llevan consigo un perfecto inglés, un guardarropa que los hizo sobresalir en sus lugares de nacimiento, que hasta entonces no conocían, y la esperanza de que su protesta les permita reconectarse con sus familiares que viven en distintos lugares de EU.

 

El cruce es el segundo que organiza la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes para forzar, mediante peticiones de asilo, el regreso de los estudiantes indocumentados al país en el que crecieron y se educaron. En julio pasado, nueve jóvenes cruzaron la frontera por Nogales, Arizona, y luego de dos semanas en un centro de detención de inmigración fueron dejados en libertad al aprobarse en forma provisional sus solicitudes de asilo.

 

David Bennion, un abogado de inmigración que asesora al grupo, espera que los jóvenes reciban libertad condicional humanitaria y que puedan volver con sus familias.

 

La mayoría de los 32 jóvenes son de origen mexicano; al menos tres son menores de edad, incluyendo a Ingrid Yamileth Gallegos, de 13 años, cuya familia regresó a Quintana Roo ante el temor de ser separada por la deportación de alguno de sus miembros.